NUEVA YORK.- Harvey Keitel no es el clásico galán de Hollywood. Es brusco, con una gran nariz y ojos levemente sombríos. Nunca se ha convertido además en una superestrella ni recibe un caché como el de su amigo de juventud Robert De Niro. Pero a sus 70 años, que cumple este miércoles 13, los personajes de Keitel siempre se recuerdan por su intensidad.
Desde el brutal proxeneta de "Taxi Driver" (1976), pasando por el Judas de "La última tentación de Cristo" (1988), hasta el atemorizante amante de "El piano" (1993).
"Acepto la vida como es, no como me gustaría. Y ahí hay luz y sombra, eso no es invención mía", dijo Keitel una vez en una entrevista ante la pregunta de por qué es considerado el "príncipe de la oscuridad".
A fines de los años 60 le sirvió para triunfar su amistad con el entonces aún desconocido director Martin Scorsese. Keitel respondió a un anuncio en un periódico que había puesto Scorsese en busca de actores.
Fue él quien le dio papeles en su filme autobiográfico "Mean Streets" (1973) y en "Taxi Driver", en el que Keitel interpretaba al proxeneta de una prostituta, Jodie Foster, de entonces sólo 13 años.
"Lo encontraba muy parecido a mí, pese a que él era un judío polaco de Brooklyn", dijo Scorsese -hijo de inmigrantes italianos católicos- cierta vez sobre Keitel.
Nació en 1939 en Nueva York. Su padre, un fabricante de sombreros, procedía de Polonia, y su madre de Rumanía. Tenían pequeños puestos de comida y al parecer nunca aprendieron a leer y a escribir. Tras el servicio militar Keitel trabajó como vendedor de zapatos para sobrevivir.
Hizo su formación como actor en el renombrado Actor’s Studio de Lee Strassberg en Nueva York, y con Stella Adler y Frank Corsaro. Aceptó todos los papeles que podía conseguir y se presentó durante diez años en escenarios grandes y pequeños. Al final llegó a Broadway con piezas de Arthur Miller y Sam Shepard.
Después de "Taxi Driver", las carreras de Scorsese, De Niro y Foster despegaron y los tres se convirtieron en estrellas. Por qué ése no fue el caso de Keitel es uno de los misterios de la historia del cine.
En los años 80 actuó en filmes poco importantes, a menudo como gángster o policía. No fue hasta 1988 que Scorsese le dio el papel de Judas en la polémica "La última tentación de Cristo", y de pronto volvió a estar en primer plano. Gracias a las películas de culto de Quentin Tarantino en los 90, "Pulp Fiction" y "From Dusk Till Dawn", se volvió aún más famoso.
Como el brutal policía corrupto de "Bad Lieutnant" fue premiado con un "Independent Spirit Award" como mejor actor, el "Oscar" a los filmes independientes. Tuvo una nominación al Oscar real en 1991 por "Bugsy" como mejor actor de reparto, y hoy está entre los actores más demandados y rueda hasta seis películas al año.