NAIROBI.- La vida del keniano Andrew Mwangura, mediador entre piratas somalíes y armadores propietarios de barcos secuestrados, saltará dentro de un año a la gran pantalla interpretada por el laureado actor estadounidense Samuel L.Jackson.
"No sabía quién era, pero me han dicho que nos parecemos y que hace buenas películas. ¿Has visto alguna?", pregunta Mwangura a Efe desde la ciudad costera de Mombasa, donde reside y dirige su Programa de Asistencia Marítima (PAM), que ofrece ayuda a la navegación y hace un seguimiento de las revueltas aguas somalís.
El ex marinero keniano, de 47 años, no da mucho crédito a la fama que ha adquirido desde que empezó a trabajar con esta organización sin ánimo de lucro, proyecto que sobrevive a base de donaciones y de una exigua ayuda del Gobierno de Nairobi.
Mwangura se ha convertido en fuente habitual y fiable de la prensa en las informaciones referentes a los secuestros y liberaciones de barcos por los piratas somalís y su nombre se repite a diario en medios de comunicación de todo el mundo.
"Recibo muchas llamadas al día. Desde la prensa hasta madres que, preocupadas por el futuro de sus hijos, me piden que hablen con ellos para que les convenza de ir a la escuela. Me he convertido en un consejero público", confiesa Mwangura.
Sin embargo, no se muestra muy abrumado y afirma que su trabajo le ha catapultado a la vida pública sin apenas darse cuenta, circunstancia que resulta "un mal menor" que, en ocasiones, distrae la atención de lo que verdaderamente importa.
"Después de todo, la gente me llama para saber sobre mi vida privada sin pensar en que pueden interrumpir algo importante", afirma con tono de queja, y prosigue: "¿Quieres saber lo que estoy haciendo ahora? Estoy siguiendo la liberación de un buque que fue secuestrado en marzo".
No da muchos más detalles, pero la organización no gubernamental "Ecoterra" -siamesa del PAM y con la que trabaja mano a mano- enseguida envía un comunicado de prensa en el que confirma la reciente liberación de un carguero griego, el "Nipayia", con bandera de Panamá, el mismo al que se refería Mwangura.
Mientras la gloria le viene del extranjero, el Gobierno de su país no le tiene mucha admiración y promovió su procesamiento el pasado octubre al considerar que había difundido "informaciones alarmantes" sobre el destino del armamento que cargaba un barco, de origen ucraniano, secuestrado por piratas en el golfo de Adén.
El que será motivo de la película hollywoodiense dijo entonces que el arsenal que llevaba el "Faina" -formado por 33 carros de combate y otro material bélico- era un encargo de Kenia para el sur de Sudán, región en la que medió para su armisticio con el norte en el 2005.
Aunque Kenia negó la acusación y el barco fue liberado, la polémica quedó sembrada y Mwangura sigue presentándose a un tribunal de Mombasa a la espera de saber el veredicto: "El juicio va bien, pero no puedo hacer más comentarios", concluye tajante.
Su intervención en el caso "Faina" es una de las cosas que más llamó la atención de las productoras "Uppity Films", del propio Jackson, y "H20 Motion Pictures", que enviarán sendos representantes para entrevistarse con Mwangura antes de comenzar el rodaje del film el próximo año.
No será la primera vez que le visite un productor estadounidense, ya que, justo cuando trabajaba en la liberación del carguero ucraniano, el productor Andras Hamori, de "H20 Motion Pictures", se pasó por Mombasa para firmar los derechos de producción de la vida del ex marinero.
"La película será sobre mi vida. Me han garantizado que se ajustará sólo a la realidad", y recuerda que no hay que olvidar los problemas que enfrentan los marineros que hacen ruta por los 3.000 kilómetros que recorren Somalia hasta las islas Seychelles.
"También me han ofrecido un libro -señala-, pero creo que es demasiado".
Mientras el cine y la literatura recobran el espíritu del pirata Sandokán para atraer al gran público, la verdad es que la piratería es esta zona del Índico y el golfo de Adén es una consecuencia más de la inestabilidad de Somalia, país que carece de un Gobierno efectivo desde que fue derrocado el dictador Siad Barre en 1991.