PARIS.- Desde hace generaciones hay robos de arte en los ministerios y oficinas de Francia. Los empleados simplemente se adueñan de los tesoros. Durante mucho tiempo se calló discretamente, pero eso ya pasó.
Falta todo rastro de más de 34.000 cuadros, esculturas, muebles y tapices, y los 150.000 restantes son buscados aún diez años después en embajadas y ministerios. Con la difusión de los números resultado del trabajo de diez años de una comisión investigadora, se abrió la caja de Pandora.
Desde entonces, la prensa especializada francesa especula acerca de en qué ministerios y palacios de la república desaparecieron qué obras. Recién hace pocos días, el diario "Libération" informó en sus páginas de cultura sobre la desaparición de un paisaje de Loutherbourg, que en vez de estar exhibido en el Senado, está colgado en la casa de un administrador financiero. "Los ladrones de la república", tituló "Libération" hace ya algunas semanas.
Entre los 34.000 objetos de arte desaparecidos y alguna vez prestados hay 4.000 cuadros y esculturas de los museos más grandes de Francia, como el Louvre o el Musée d’ Orsay, así como 17.500 objetos cerámicos de la famosa ciudad de Svres. De los 809 muebles Luis XV y relojes imperio prestados, se encontraron 113 después de un trabajo detectivesco de diez años.
La comisión estableció la mayor cantidad de pérdidas en el Ministerio de Educación: el 45 por ciento de los muebles y obras de arte desaparecieron. En 2007 se presentaron 27 demandas por robo por los prestamistas. En el primer lugar de la lista de investigaciones se encuentra el Htel Matignon, sede del primer ministro: hay 342 obras en la lista de objetos desaparecidos.
El diario "Libération" describió como "tienda de autoservicio" este principio de varios siglos de antigedad, que desde la Revolución Francesa permite a los edificios públicos de la república, como embajadas, alcaldías, prefecturas y edificios culturales, "adornarse" con obras de arte de las arcas de la nación.
Sin embargo, algunos de los beneficiarios de estos costosos préstamos confundieron su casa privada con la oficina. Un empleado de la prefectura de Estrasburgo decoró de esta forma casi toda su vivienda. Tampoco nadie sabe dónde quedó el Vlaminck del Institut franais en Bucarest ni donde cuelga ahora el Miró de la embajada francesa en Washington.
Algunos préstamos vuelven a aparecer en galerías como por ejemplo los tres costosos tapices de la representación permanente de la ONU de Francia en Nueva York o un escritorio del Ministerio de Educación en París.
La comisión fue fundada en 1997 por presión del Tribunal de Cuentas, que notó la desaparición de las obras de los palacios. El trabajo del director Jean-Pierre Bady no es fácil, ya que suele tener que enfrentarse con importantes y codiciosos funcionarios. En más de 1.000 casos se llegó a una demanda por robo. En muchos casos, ya ni sirve ir a tribunales: la mayoría de los casos prescribió.