VINCI.- Dos Mona Lisa desnudas, a falta de una, serán expuestas a partir de mañana en el museo leonardesco de Vinci, ciudad natal del pintor renacentista, autor del cuadro probablemente más famoso de la historia del arte, la Gioconda del Louvre de París.
Se trata de dos pinturas de autoría incierta, que retratan a la célebre señora de brazos cruzados y sonrisa enigmática desnuda, y más crecida.
Una de ellas tuvo un propietario de excepción, el cardenal sardo Fesch, tío de Napoleón Bonaparte, y dueño de una colección de arte que conserva con su nombre la ciudad de Ajaccio.
Hoy la pintura es de propiedad de la Fundación Primoli de Roma, mientras la otra es de un coleccionista privado que prefirió conservar el anonimato, pues todo hace pensar que se trata de un falso más o menos antiguo o en el mejor de los casos de una jugarreta de los aprendices del taller de Leonardo.
La Monna Lisa original brillará por supuesto por su ausencia (nadie la descolgará nunca de su pared del Louvre) pero para compensar habrá un buen centenar de obras inspiradas en la obra maestra leonardesca, entre ellas 50 variaciones iconoclastas de Jean Margat (el autor las llama giocondoclastas) y una versión de la Monna Lisa con bigotes de Marcel Duchamp.
Dividida en dos secciones, una con obras pictóricas del siglo XVI que toman como modelo el retrato leonardesco y otra con cientos de imágenes que desde 1503 llegan hasta estos días, la exposición que estará abierta hasta el 30 de septiembre demuestra la intacta potencia de la Monna Lisa en el imaginario colectivo mundial.