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Las ovejas

13 de Junio de 2009 | 17:00 |
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Si hace falta mostrar el efecto de haber crecido escuchando la radio en los años '90 y haber formado una banda en la década siguiente, para eso está Espartaco. En Las ovejas, el primer disco de este trío rockero chileno, una de las canciones instrumentales tiene algo del inicio de Red Hot Chili Peppers en "Californication"; otras dos se titulan, casualidad o no, "Foo Fighters" y "Rage", como Rage Against the Machine; otra tiene el nombre de "La nueva Roach", que rima con Papa Roach y justo es rap y rock; y hay una más que se llama "Perdón" y podría emocionar a la señora Courtney Love si ella viera lo hondo que parece haber calado Hole en un grupo de acá abajo como Espartaco.

Pero al mismo tiempo este disco es una foto nítida del paso de ese rock alternativo de los '90 al sonido quinceañero de, por ejemplo, un sello estadounidense como Fueled By Ramen, que es la fábrica en serie de donde han salidos los grupos Paramore, Fall Out Boy, Yellowcard, The Academy Is… o Panic! At The Disco. Es un molde claro, a base de guitarras compactas, baterías ajustadas, pulsos veloces y melodías pop, con letras que aluden al embarazo adolescente, a la angustia adolescente ("Un minuto más / no te vayas así / Sólo un poko más", dice la letra de "Breath in"), a formas de cuasi perversión adolescente en "Tortúrame" y a una canción acerca de estar harto de los padres, que es por definición un asunto adolescente.

De todos modos hasta en un modelo así de claro hay espacio para marcas personales, y Espartaco las tiene por ejemplo en el segundo acorde del coro de "Breath in", en el particular contratiempo rítmico metido al medio de "Tortúrame" y en la invitación que recibe Juan Sativo, de Tiro de Gracia, para venir a rapear aquí en la canción "Nadie quiere ver". Este grupo es una evolución natural para un baterista como Daniel Palma, proveniente de la banda de pop rock Melvin Crema, y para una cantante del trío pop Supernova como Elisa Montes. De hecho otra ex Supernova como Sabina Odone se convierte al mismo tiempo a los sonidos folclóricos pero no deja de cantar con instinto pop. Del mismo modo Elisa Montes ahora grita más y empuña una guitarra eléctrica, pero las melodías de Espartaco siguen siendo pop cien por ciento.

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