LONDRES.- Dos obras revolucionarias de principios del siglo XX dominaron la escena musical clásica de Londres estos días, "Lulú", de Alban Berg, y "Die Dreigroschenoper", de Bertolt Brecht.
La ópera Covent Garden presentó una producción del alemán Christof Loy, muy directa, de "Lulú", que ha recibido críticas de todo tipo, mientras que el Centro Barbican agotó sus entradas para la ópera de Brecht que tiene diversas traducciones ("àpera de los (dos o) tres centavos", "de los tres peniques", etc.), que con destacadas figuras europeas de la ópera se convirtió en un éxito de público.
La producción de Loy, con escaso decorado y trajes contemporáneos, atrae con una actuación muy sensible de Lulú por parte de la soprano sueca Agneta Eichenholz, que marca su debut tanto en el papel como en la Royal Opera House.
Otros solistas destacados de la difícil ópera son los alemanes Klaus Florian Vogt, Will Hartmann y Michael Volle. La dirección musical a cargo del director de Covent Garden Antonio Pappano fue calificada de extraordinaria.
Por su parte, en el Barbican Centre el compositor y director austríaco HK Gruber consiguió reunir para la obra de Brecht a un equipo de estrellas internacionales.
En vez de actores que cantan se presentaron en su versión solistas mundialmente conocidos, como la soprano alemana Dorothea Rschmann como Polly, la austríaca Angelika Kirchschlger como su rival Jenny y el tenor británico Ian Bostridge como el malvado -que resultaba casi querible- MacHeath.
Finalmente, el Klangforum Wien, cuyos integrantes no sólo tocaban varios instrumentos, sino que también cantaban, aportó otro elemento clave para que la presentación única del sábado se convirtiera en uno de los puntos fuertes de la temporada.