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Iluminaciones y alucinaciones

Era solista hasta hace un par de años, pero hoy este músico chileno encabeza el grupo de rock Inverness y con él acaba de editar el primer disco de su banda, Illuminaciones.

15 de Junio de 2009 | 20:58 |

Rodrigo Jarque se acaba de meter contra el tránsito en su nuevo disco, y en dos calles al mismo tiempo. El mundo sabe que el conducto regular en la carrera de la mayoría de los cantantes es haber partido en un grupo y luego debutar como solista. Y en Chile se sabe que una cantidad cada vez más creciente de solistas está concentrando la atención entre los nuevos circuitos musicales locales.

Jarque, en cambio, fue solista. Y ahora tiene un grupo. Firmó con nombre y apellido su primer disco, Monstruos bajo la cama (2007), pero el siguiente, Illuminaciones (2009), es la primera grabación de Inverness, el grupo de rock iniciado en 2008 y conformado por Jarque (voz, guitarra, teclados), Washington Abrigo (guitarra), Ángelo Agurto (bajo) y Rodrigo Soto (batería). Y tenía que ser un grupo, para dar abasto con la diversidad de instrumentos que se oyen en esa música, entre pianos, armonio, metalófonos, guitarras, bajos, batería y un sintetizador análogo Yamaha SK20 de fines de los años '70.

"El mismo que usa Sigur Rós", dice Jarque, en alusión a ese siempre atmosférico e intenso grupo islandés. "Como banda estamos en busca de definir el sonido de Inverness. Por eso estamos probando con instrumentos, y el disco tiene desde piano de cola y piano vertical hasta sonidos de cinta". Y el sonido es distinto en comparación con el más denso Monstruos bajo la cama. "Ese primer disco responde a una idea que tenía hace tiempo, de llevar al disco un cuento de hadas. Era hermético, y yo quería hacerlo así. Después me pareció interesante el camino contrario a toda la gente, que parte en una banda y luego empieza una carrera solista. Yo partí solista, pero siempre me he sentido más cómodo en banda".

-¿En el fondo este disco es la cara contraria del anterior?
-Sí, en las letras. Monstruos hablaba de miedos, éste habla de sueños.


-¿O sea Monstruos bajo la cama era un cuento de hadas, pero bien tenebroso?
-Sí, un cuento de hadas francés medieval, bien oscuro. Además responde a una etapa de mi mida súper personal y no muy agradable. Siento una especie de lejanía ahora con el disco, porque ya estoy okey.

-De hecho se llama Illuminaciones.
-Illuminaciones. Con la banda tratamos de dar un paso hacia el lado, más que hacia delante.


Jonás y el escarabajo


De todos modos no son iluminaciones literales las de Inverness, y de hecho la carátula del CD parece una continuación del disco anterior. Tampoco es casual que el nombre se parezca al libro "Illuminations", de Jean Arthur Rimbaud, el poeta simbolista francés.


-Sí, cuando estábamos haciendo las letras del disco estaba leyendo "Iluminaciones", de Rimbaud. Y el disco tiene sus matices, sus grises -dice Jarque-. La primera canción habla del amanecer y las esperanzas de un nuevo día, pese a las pérdida naturales de la existencia. Hay canciones un poco más crípticas, como "Escarabajo", que es Kafka, inspirado en un ser que está dentro de uno y sale en algún momento a flote y pero rompe y crea una barrera con la sociedad.

-Otra canción se llama "Jonás". ¿Tene una connotación bíblica?
-No necesariamente. La letra es una mezcla de idiomas que saqué de libros antiguos. Tengo un manual de idioma gótico medieval, otro de inglés medio y un poco de latín. Y en "Iluminaciones" la letra salió en inglés. Es un canto, una especie de oda al sol, y le estoy cantando al sol, de hecho. "Querido sol, ilumínanos, haznos brillar como un fantasma, nos tambaleamos a medida que avanzamos hacia la luz como una nebulosa, yendo hacia abajo como un rayo de luz".

-Hartas imágenes. ¿Las iluminaciones son alucinaciones también?
-Sí, son hartas imágenes del disco, y las letras son importantes porque ahí va gran parte del sentido de que el disco se llama Illuminaciones.

-¿Y qué genera estar leyendo a Rimbaud cuando uno está haciendo un disco?
-Genera que uno es más cuidadoso con las palabras y con la relación entre ellas. No creo que haya poemas en este disco, pero sí hay cuidado en la elección de las palabras. Las dos canciones en inglés están en ese idioma porque además estaba leyendo la traducción de un autor noruego, Knut Hamsun (autor de libros como "Pan" y "Victoria"). Era una traducción al inglés, pero el traductor respetó la sintaxis, la puntuación original, y leer esas versiones es como escuchar hablar a un cabro chico.


Mi tío poeta de Chillán

Jarque es además profesor de literatura inglesa, y no deja de aplicar ese conocimiento a la música. "Con cierta conjunción de palabras puedes decir cosas en inglés que en español no se van a entender", dice. "Pero yo no llegaría a llamarlo poesía. Porque tengo un tío poeta en Chillán, Sergio Hernández, que si yo dijera que soy poeta viene a Santiago a pegarme. Muy buen poeta. Lo prologó Pablo Neruda".

-¿Dirías que en general a los músicos en Chile les interesa escribir letras?
-Yo creo que no les interesa mucho.
-Encuentro que, más que en las bandas, hay una nueva generación de trovadores que están haciendo cosas muy interesantes -sugiere Rodrigo Soto, el baterista.
-Nosotros nos declaramos fans de Javier Barría -dice por ejemplo Jarque, en alusión a uno de los emergentes solistas chilenos del últino tiempo-. Él fue al lanzamiento de nuestro disco y nos llevó Ciudadano B (el disco que Barría grabó en 2007) de regalo. Yo quedé impresionado. Fue como que de repente abrieron la ventana y entró aire fresco. Me pasa con Chinoy también, de alguna manera están recreando el lenguaje en un nivel poético. Están sugiriendo una nueva manera de proponer imágenes.

-¿Y están yendo más allá de las canciones explícitas? Muchas veces se considera buena una letra que "dice cosas", que denuncia, critica, protesta.
-Es que somos herederos de una tradición letrística de años, en la que hay un compromiso social y político fuerte. Es difícil dejar de lado el contenido político de las letras, pese a que estén hablando de dragones, de luces o de nubes. En Chile tenemos esa herencia.

-Pero tú hiciste en el disco pasado una canción sobre el Patio 29 y no es una letra explícita.
-Claro, exacto. Cuando la tocaba, yo calladito. De hecho el Patio 29 (lugar del Cementerio General donde están sepultadas muchas víctimas de las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura) está escrito con números romanos. Pero es verdad lo que dice Rodrigo, los trovadores son los que más están llevándola en cuanto a letras. En cambio tengo hartos amigos de bandas rockeras, y hay menos trabajo en cuanto a las letras.

-¿O también es posible que consideren que la letra es un mal necesario en una canción?
-Que también es válido.


Mi primo metalero de Conce

El cuidado de Jarque y de Inverness por las palabras se nota además en los créditos de sus discos. Por una vez no es la lista aburrida de quién mezcló y quién masterizó tal o cual cosa, ni la lista consabida de agradecimientos a familiares, al productor y a músicos amigos. Ahí el autor también escribe una ficción.

-La intención era contar una pequeña historia. Es un microcuento, en el fondo: "nacimos en el borde de un acantilado, vemos el mar…". Eso está muy imspirado en "Pan", de Knut Hamsun. En nuestro caso fue el músico José Jara quien se encargó de la mezcla del disco, pero en ningún momento decimos que él mezcló el disco. Decimos que teníamos una piedra filosa que era necesario tallar en el mar.

-¿Puede haber ahí un doble filo, de quedar expuesto a la caricatura de lo poético, lo sensible?
-Sí, uno se expone, también con el tipo de música. La única guía que uno tiene es cómo se siente uno con el texto. ¿Te representa? Sí. Y lo otro lo dejo a mi criterio de profesor de literatura inglesa. Se lo mostré también a mi viejo, que es mi crítico número uno, y que también es un lector voraz. Y me dijo "Mira, el texto me parece medio adolescente, pero… está bien".

-¿Te lo encontró inmaduro más que ambicioso?
-Claro, al revés. Pero al final si has leído algo en tu vida igual sabes cuándo estás cayendo en algo cursi o no. Ahora, ponte tú, yo tengo un primo metalero en el sur (se llama Ricardo Romero, de la banda Quinto Poder, de Concepción), y sé que si le muestro este disco, y se lo voy a a mostrar alguna vez, me va a decir: "¡uuuuy!" (sonríe). "Ponle una calavera con sangre mejor".

El sur tiene una marca determinante más en el nuevo trabajo de Inverness. Rodrigo Jarque terminó varias de sus letras en un viaje a Punta Arenas en el verano pasado. "Fui a la tumba de mi abuelo, que no la conocía. Era guardafaro. Franciso Jarque Guerrero. Y el símbolo del faro en mi familia es súper fuerte, porque mi viejo se crió en faros hasta los siete años, y yo conocí esos faros, que muchos están automatizados ya, o abandonados", explica. Ahora el dibujo de un faro aparece en la carátula del disco. "También el faro es una iluminación", comenta Jarque, "para gente medio perdida".

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