Uno no sabe si creerle o no a Eminem. Como todo rapero su carrera está construida en torno a la mitificación. Ahí está su pasado “white trash” en Detroit, su Edipo mal resuelto (es famoso por maldecir a su madre por drogadicta e irresponsable), su pose de rapero blanquito aceptado por los negros. Ahora, en Relapse, anda diciendo desde el primer verso que estuvo perdido en el infierno. Y si lo echábamos de menos. Curiosamente el disco salió al mismo tiempo que protagoniza un escándalo en los pasados MTV Movie Awards. Para los que no lo vieron en YouTube, se trata del estilista “Bruno” -personaje de Sasha Baron Cohen, el mismo de “Borat”- que bajó desde el techo hacia donde estaba sentado y posó su trasero desnudo frente a su rostro. Supuestamente el homofóbico de Eminem se enojó. Aunque todo indica que tan extraña maniobra de marketing para ambos (“Bruno” se estrena en estos días), estaba preparada.
Ese mismo ambiente enrarecido es el que reproduce el disco. Ahí está la lengua de Marshall Bruce Matters III vomitando sus excesos, su rabia contra todo, hablando de su mamá. La típica narrativa estadounidense de exorcizar tormentos que sólo el autor entiende y cree que a todos deben importar. Los trucos de “Underground” (destempos, coros a lo “Gangsta’s Paradise” y guitarras eléctricas apañadas), los sampleos de vientos en esa aproximación al pop de “We made you” o los extraños personajes que hablan entre las canciones, no sorprenden mucho. Aunque el soul de “My mom” no está mal. ¿Será ese Edipo inconcluso que lo hace aplicarse en estas canciones?. Precisamente allí es donde dice que finalmente terminó siendo más parecido a su progenitora que lo que él hubiese querido.
Alguien opina que el rap es básicamente un tipo anunciando que tiene “un mensaje”. Luego, narra su currículum: drogas, abandono, fiestas, mujeres y crímenes. Y finalmente, cuando llega el momento de decir aquello tan trascendental, simplemente grita algo así como “everybody’s jump o yoyo” y se termina la canción. Con Eminem no pasa eso. El tipo escribe su rabia y tormentos como malo de la cabeza. No para de hablar. Y hay cierta aproximación al rock, pero también al R&B o el dance. La pregunta es, ¿por qué Eminem eligió el rap si los jóvenes necesitan toda esa rabia y textos en un rockero?. Sobre todo ahora que en el rock estamos rodeados de indies fashionistas.
—JC Ramírez Figueroa