Lo primero que hay que tener claro es que ''Nocturna'' es una novela de vampiros. Lo segundo es que las criaturas de Del Toro y Hogan son exactamente lo opuesto a los románticos vampiros juveniles de Stephenie Meyer.
Suma de Letras, 2009SANTIAGO.- Un moderno Boeing 777 de Lufthansa aterriza en el aeropuerto internacional JFK de Nueva York. Parece una llegada rutinaria, pero algo está mal. No hay ningún contacto de radio, todas sus luces están apagadas, las ventanillas tienen sus persianas abajo y durante horas nadie abre las puertas. Las autoridades temen lo peor: un accidente o incluso un atentado terrorista. Pero cuando el equipo de especialistas logra ingresar, se enfrentan a un escenario tan dantesco como incomprensible: todos los pasajeros están muertos, en sus asientos, sin señales aparentes de violencia.
Así comienza “Nocturna” (Suma de Letras, 2009), la esperada novela de Guillermo del Toro, productor, guionista, y el director detrás de cintas como “El Espinazo del Diablo”, “Blade II”, las dos entregas de “Hellboy” y “El Laberinto del Fauno”.
Co-escrita junto a Chuck Hogan (“El Príncipe de los Ladrones”), “Nocturna” —que esta semana llegó a las librerías chilenas— es la primera parte de su Trilogía de la Oscuridad.
Lo primero que hay que tener claro es que “Nocturna” es una novela de vampiros. Lo segundo es que las criaturas de Del Toro y Hogan son exactamente lo opuesto a los románticos vampiros juveniles de Stephenie Meyer.
“La versión romántica es perfectamente válida y ha producido realmente buenas historias, pero no es la imagen que me ‘enganchó’ de niño. A mí me fascinó la idea de una criatura no-muerta, habitada por un espíritu inmortal hambriento por tu alma”, confesó Del Toro en una reciente entrevista al diario Los Angeles Times.
De esta forma, Nueva York sucumbe ante una verdadera pandemia vampírica —nada más apropiado para estos días—, un virus que va llenando las calles de monstruosos vampiros que siembran el terror a su paso. Criaturas repugnantes y pestilentes que no acechan a sus víctimas en algún oscuro bosque de Transilvania, sino en una de las capitales más cosmopolitas del mundo.
Guillermo del Toro —dueño de una biblioteca con más de 4 mil libros y 10 mil cómics— es un hombre lleno de proyectos: una tercera película de “Hellboy”; llevar a la pantalla grande “Las Montañas de la Locura”, de H.P. Lovecraft; y su propia versión de “Frankenstein” son sólo algunos de ellos.
Pero en este momento vive en Nueva Zelanda, trabajando a toda máquina junto a Peter Jackson (director de la trilogía de “El Señor de los Anillos”) en la versión cinematográfica de “El Hobbit”, que estará dividida en dos partes para su estreno consecutivo en 2011 y 2012.
Pero Guillermo del Toro también aprovecha las primeras horas de cada día para trabajar en el resto de su trilogía. Una historia que nació como un proyecto de serie televisiva y que ante el rechazo de Fox —que lo consideraron muy caro y preferían una comedia de vampiros— no dudó en plasmar en papel. Sin duda, una suerte para todos los buenos lectores.