HAMBURGO.- En el filme número 40 de Woody Allen, "Whatever Works", de lo que se trata es de disfrutar la vida en su máxima expresión, pese a la posición pesimista del cineasta al respecto.
La vida "es dura, malvada y demasiado corta", afirma Allen en una entrevista con la revista alemana "TV Movie" en su próxima edición. Incluso pese a que, en lo que respecta a su propia biografía, no tiene mucho de qué quejarse. "Tuve la suerte de vivir en mi ciudad favorita, Nueva York, y me enamoré de muchas mujeres bellas".
Las ideas para sus películas salen literalmente de un cajón. "No es un chiste: mi mesilla de noche tiene un cajón en el que meto todo lo que se me ocurre, desde hace 30 años".
Una y otra vez lo obsesiona hacer por fin el mejor filme de todos los tiempos. "Pero hacer películas es como el sexo", asegura. "Uno entra con muchas expectativas y en general sale decepcionado".
Nunca lo han decepcionado en cambio sus musas, de Diane Keaton y Mia Farrow a Scarlett Johansson. Su secreto de casting es "nunca elegir a las actrices demasiado seguras de sí mismas. En general hay que protegerse de ese tipo de personas".