A todo rock. Sinergia puso el ritmo y la electricidad frente a un público joven dominado por las liceanas del Carmela Carvajal.
Cristián NeiraSANTIAGO.- Sonó fuerte ayer por la tarde el coro de “Hágalo bien ¡caradura!/ Hágalo bien ¡corrupto!/ Hágalo bien ¡mafioso! / Hágalo bien ¡care’ raja!”, una de las canciones nuevas más pegadoras del grupo chileno de funk y rock Sinergia.
La banda terminó ayer por la tarde su curiosa jornada de presentación del nuevo álbum, El imperio de la estupidez, el cuarto de su carrera desde que el grupo estalló en 2001 con el disco Sinergia y comenzó a escribir su historia como el más popular del país junto a Chancho en Piedra.
El sexteto subió al acoplado de un camión a las 10 de la mañana de ayer en la estación de Metro Tobalaba y desde ahí inició un recorrido por la ciudad con música en movimiento y detenciones que llamaron la atención de todo hijo de vecino en la vía pública en ese momento.
Una parada en el Palacio de La Moneda, otra en la Estación Central y otra en el barrio universitario de Repúblico marcaron los hitos del trayecto, que concluyó con un concierto en el gimnasio del famoso liceo de señoritas Carmela Carvajal al mediodía.
Don Rorro y sus músicos cultores del "metal pájaro" presentaron en vivo este La era de la estupidez, disco que viene en una edición de lujo con un escenario armable y las figuritas de los integrantes de la banda.
La banda, que se destaca por la hilaridad de composiciones como "Te enojai por todo", "Mujer robusta" o "Todos me deben plata", lanza así su cuarto álbum, el primero al alero del sello Oveja Negra. El disco no sólo incluye canciones y figuritas. También añade el video del primer single y un documental, dirigido por Eduardo Bertrán, conocido como "Edo", quien registró en imágenes sus giras y conciertos.
El imperio de la estupidez se adelanta como el disco más melódico de la banda, con ritmos que van desde el ragamuffin y música de raíz gitana hasta el rock más característico de Sinergia. Según los músicos, el nombre fue escogido “porque nos atrevimos a jugar al máximo con nuestra propia estupidez, para transformar nuestras ideas en buenas canciones que te embalen y que al mismo tiempo tengan un mensaje. El disco se llama así también porque nuestra estupidez es ínfima frente a la estupidez global en que vivimos, en la que un planeta se remece entero ante la codicia de unos pocos. Nuestras vidas navegan en el imperio de la estupidez”.