LONDRES.- Michael Jackson, el recordado "rey del pop" que murió el mes pasado a los 50 años, a causa de un paro cardiovascular, pasaba hasta 72 horas acostado como "un muerto vivo", tras ingerir cocteles de calmantes y sedantes, aseguró Kathryn Buschelle, una ex enfermera especializada en cirugía plástica que asistía al cantante.
Buschelle, de 41 años, afirmó al diario inglés "The Sun" que el músico se había vuelto adicto al calmante Diprivan para poder lidiar con el dolor, provocado por los continuos tratamientos de láser para "peeling faciales", que buscaban blanquear su piel.
"La obsesión de Michael por su apariencia lo llevó a más y más tratamientos de piel, y a una subsiguiente adicción al Diprivan. Fue un ciclo de locura", afirmó la enfermera.
"Él literalmente se quemaba la piel y luego quedaba drogado como zombie. Suena como un guión de una película de terror. Hacia el final de los 90 era como un muerto vivo, así de mal estaba", agregó.
Además de Diprivan, se investiga si el cantante consumía otros calmantes y drogas, entre ellos Demerol, Methadone, Valium, Dilaudid, Ambien, Fentanyl, Xanax y Vicodin.
Buschelle afirmó al Sun que el cantante estaba tan adicto a los calmantes, que pedía someterse a cirugías plásticas incluso cuando no las necesitaba. "La droga comenzó a volverse el único propósito para venir a la clínica. Se quedaba algunos días, a veces hasta 72 horas. Era como si Michael se momificara. Terminaba acostado como un muerto vivo", concluyó.