''Pretendemos instalar preguntas más que juicios morales'', dice el director sobre la obra que se estrena mañana en Lastarria 90.
Teatro SubSANTIAGO.- En el primer semestre de este año, el director Fernando Villalobos decidió llevar a escena su propia visión del caso Spiniak, en una obra teatral que mezclaba elementos del musical, una estética de cabaret y un lenguaje deudor del más marginal "coa".
Poco más de un mes estuvo la obra en funciones, lapso en el que Pierre Sauré, pese a ver regularmente la mayoría de los montajes de nuestra cartelera, decidió que esa vez no asistiría a la sala.
La razón fue que Sauré, también director teatral, no quería perturbar el trabajo que desarrollaba en ese momento: Precisamente una obra inspirada en el mismo caso que protagonizó el empresario Claudio Spiniak en 2003, y que mañana estrena en Lastarria 90 bajo el título "Machote futbolero".
El montaje aborda temas como la prostitución infantil, la pedofilia y el estupro, en un texto que emergió tras el estudio de las informaciones relativas al caso Spiniak, aunque sin que el empresario exista de forma explícita como un personaje en la obra.
Según explica Sauré, "Machote futbolero" es "la historia de Ramiro, un niño de clase media que se margina de la sociedad y se mete al mundo de la prostitución, se involucra con señores que pagan por sexo".
Uno de esos "señores" es un personaje que cumple el rol que en el caso tenía el empresario, pero "no hacemos alusión directa a Spiniak, porque la idea es que se haga alusión a cualquiera que paga por sexo (con niños). Hay un gran discurso de los deseos de este señor, y al teatralizar también humanizamos la historia, esta historia de amor, de un señor con una necesidad sexual, brutal, de compañía... Tratamos de ver por qué se acude a eso, por qué esa necesidad de estar con niños".
-¿Entonces el victimario también puede aparecer un poco victimizado?
-Se muestra la dualidad. Como grupo no pretendemos caer en un discurso moral, proponer soluciones, pero sí vienen las preguntas del tipo qué opinión nos merece la prostitución, la pedofilia, involucrarse con niños de la calle. La sociedad de mercado también se mete en esto, los niños ganan plata, se compran zapatillas, ropa nueva... Hay un juego de poder para los dos lados, y los niños también son empujados por su contexto: Fueron violados cuando chicos, tuvieron padres ausentes, prostituidos. Pretendemos instalar preguntas más que juicios morales. Es el espectador el que emite el juicio.