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Almismotiempo

25 de Julio de 2009 | 04:35 |

Las mejores canciones con contenido son las premonitorias. Era el 30 de octubre pasado y en una de las actuaciones en que Camila Moreno empezaba a sacar su música a la luz estaba una melodía llamada "Millones". Meses antes de que en marzo de 2009 saltara a las noticias la colusión de las farmacéuticas Ahumada, Cruz Verde y Salcobrand, Moreno ya cantaba ese primer verso que dice "farmacéutica, trasatlántica, trasandina", y que ahora suena en su primer disco y también en un clip donde esta cantante chilena de 24 años marcha por Santiago junto a muchos otros y entre todos cuelgan un lienzo con la palabra "Millones" ante la construcción del edificio Costanera Center, tan descomunal como parado por la crisis.

Esa puede ser una canción de protesta, pero lo mejor es que es una canción clarividente. Tal como Camila Moreno podría ser una cantante de intención folclórica, pero lo mejor es que es más que eso. Parecen chilotes los ritmos de "Antes" y "Trenza", al comienzo y al final de su disco, y en medio "Millones", "Ay!" y "Cae y calla" tienen compás de tonada, pero son cinco canciones de un total de doce. Ella también habla de ese modo "folclórico", comiéndose las eses o redactando frases como "No me dís de a pedazos migas pa' recoger", y sí predominan los timbres de cuatro, acordeón y percusión, pero también hay guitarra eléctrica y piano. Así que por ahora Almismotiempo queda al lado de otros cantantes con guitarra acústica como Chinoy, pero en el tiempo va a persistir como un disco más variado. Muchas canciones tienen ritmos propios, hay una sorprendente composición para cuarteto de saxos, "La necesidad" y "Siempre que hago algo" son rockeras, sin guitarra eléctrica ni batería, pero intensas como el grunge más dramático, y luego "Primero me apuné" y sobre todo "Lo cierto" son nuevo rock latinoamericano a toda prueba.

Algo parecido pasa con las letras. Hay versos críticos e incluso idealistas como la conclusión de "Millones": "Ellos gobernaron el pasado, la rutina, la energía, no gobernarán el futuro". Pero muchos otros tienen literalmente más de un sentido posible, como en el título "Delfín del mundo". Y Camila Moreno es una autora creativa, que acompaña los versos con cuidado por la composición y los arreglos. "Antes que", su canción que desde el año pasado sonaba en la radio, está inscrita en un compás irregular; "Ay!", "Lo cierto" o "Primero me apuné" están cruzadas por melodías y armonías muchas veces conmovedoras, y todo eso transforma a Almismotiempo en un disco con muchos matices. Tal como su voz. Ella puede cambiar con frecuencia la altura tonal de una octava a otra y ya es bueno. Pero incluso puede cambiar su timbres vocales, de uno intenso y grave a uno alto y urgente o a uno más melodioso. A veces los junta hasta en el mismo verso, como en la línea "Una vida se apaga porque le estorba", que pasa de urgente a profunda en siete palabras. Y es una voz profunda que de verdad sacude por dentro, tal vez por lo inesperado que esa profundidad venga de una cantante de 23 años, pero sobre todo porque esa voz surge, se desboca y emociona por asalto.

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