El título es Yupaychay, una palabra tomada de la lengua quechua, y es una colección de canciones de Illapu, Inti-Illimani y Quilapayún, entre otros autores. Pero no hay ni un instrumento remotamente andino involucrado. Yupaychay es el disco que la banda metalera chilena Hidalgo presentará este sábado (ver recuadro) en su próximo concierto, con una serie de adaptaciones sobre melodías de raíz folclórica y del movimiento de la Nueva Canción Chilena iniciado en los años '60 por autores como Violeta Parra y Víctor Jara.
Composiciones como "Condorcanqui" y "Canción de octubre" (Roberto Márquez), de Illapu; "Tatatí" (de Horacio Salinas), "Charagua" (de Víctor Jara) y "Alturas" (Horacio Salinas), del repertorio de Inti-Illimani; "Ventolera" (Eduardo Carrasco) y "Transiente" (Patricio Wang), de Quilapayún; y hasta "Galambito temucano", de Violeta Parra, entre otras, se escuchan transformadas por el trío entre Gabriel Hidalgo (guitarra), Mauricio Nader (bajo) y Pablo Stagnaro (batería) en el nuevo disco.
-Tratamos los temas con mucho respeto -resume Hidalgo-. Se mantuvieron todas las melodías y las tonalidades originales, pero hay un fuerte trabajo en la base rítmica; recordemos que los arreglos originales no cuentan con batería y en general tampoco con bajo eléctrico. Se incorporaron hartos riffs de guitarra en reemplazo del acompañamiento original, pues así se define también el estilo del rock, y parte de este trabajo es ver a la Nueva Canción Chilena desde el prisma del rock. No era simplemente hacer una "traducción literal".
-¿Con qué criterio eligieron las canciones?
-Primero nos remitimos a las obras de los artistas comprendidos en la Nueva Canción Chilena, y luego nos abocamos sólo al repertorio instrumental. No queríamos hacer versiones instrumentales de temas cantados. Esto llevó a que la búsqueda fuese un poco más complicada pero por otro lado conseguimos hacer un homenaje a la Nueva Canción Chilena sin caer en lugares comunes.
Ventolera guitarrera
-¿Cuál había sido tu aproximación previa a esta música? ¿La conocías desde antes, te dedicaste a estudiarla para hacer Yupaychay?
-La verdad es que sólo conocía lo más típico, pero no fue algo forzado, porque en mi casa siempre se ha escuchado harta música y hay varios discos de Inti-Illimani, Quilapayún y Nueva Canción Chilena en general. Pero como el criterio de elección de los temas era bien específico, tuve que investigar.
-En particular están "Tatatí" y "Charagua", por ejemplo. ¿Qué tienen esas canciones que les llamaron la atención?
-Ambos temas son muy potentes, tanto musicalmente como por las imágenes que conllevan. El hecho que "Charagua" fuese la cortina de TVN a comienzos de los '70 no nos es indiferente. Esto significó un peso adicional en el sentido de tratar cada tema con mucho respeto y admiración. A nivel muy personal siento que los temas que mencionas tienen un peso emocional intrínseco que llega mucho.
-También grabaron "Ventolera", que es originalmente una muestra de virtuosismo en el charango. ¿Ves un paralelo entre eso y el virtuosismo en la guitarra eléctrica?
-¡Claro que sí! He tenido el privilegio de ver al charanguista nacional Freddy Torrealba y a ratos veo un reflejo de muchos de mis héroes personales de la guitarra eléctrica plasmados a través del charango. Recuerdo que en algún momento tenía hartas ganas de aprender a tocar charango, pero después de ver a un grande como Freddy saqué las cuentas y preferí seguir en lo mío (se ríe).
-¿Y qué rol dirías que tiene el virtuosismo en general en la música del grupo, y en particular en Yupaychay? ¿Es importante para ustedes, tal vez hubo que aplacarlo un poco en este disco o, al revés, estas canciones se prestan para tocar con mucha técnica?
-Yo creo que en el disco anterior (Infragilis, de 2007) está bastante atiborrado de "derroche técnico" y tal vez con eso es suficiente. Afortunadamente todos en la banda hemos tenido un crecimiento como músicos y a la hora de componer o arreglar un tema trabajamos en función del tema, no en función del ego de cada uno. Siento que es un signo de madurez no tener que estar demostrando cada cuatro compases las horas de práctica que uno ha invertido en la guitarra.
Un trío dentro de un quinteto
Hidalgo –el grupo, no el guitarrista– empezó a tocar en 2006, incubado al interior de Six Magics, el quinteto metalero previo y paralelo en el que hasta hoy siguen tocando Hidalgo –el guitarrista–, Nader y Stagnaro. Yupaychay es su segundo disco luego de Infragilis (2007), y hasta 2008 tocaron con el guitarrista Gonzalo Astudillo. La formación oficial de hoy es como trío, pero en vivo actúan con el guitarrista invitado Francisco Hoffmann.
-En comparación, ¿cómo ves ahora el primer disco del grupo?
-Le tengo mucho cariño a ese disco. Quizás tuvo que "pagar el pato" en varios sentidos, ya que por un lado contiene canciones compuestas hace muchos años y podrían pecar de ser a ratos un poco pretenciosas o simplemente sobrecargadas. También fue el primer trabajo de Mauricio (Nader, el bajista) en las perillas (como ingeniero de grabación), así que sirvió como laboratorio de pruebas en algunos casos. Sigo encontrando que es un disco honesto y se vale por sí mismo, jamás voy a entrar en la dialéctica de despreciar mis primeros trabajos. Cada uno sucedió en un contexto específico y que hay juzgarlos desde su propio momento.
-¿Qué dinámica establece el hecho de toda la alineación de Hidalgo sea parte de Six Magics? ¿Aumenta la cercanía entre ustedes, por ejemplo, o al revés, es difícil hacer la separación?
-Son propuestas musicales distintas, a pesar que en términos humanos seamos los mismos. Cuando quise armar Hidalgo en 2006 lo más lógico fue consultar con mis colegas más cercanos, quienes accedieron inmediatamente y de buena gana. Afortunadamente creo que en ningún caso Hidalgo es un "Six Magics instrumental".