Vagarosa

Aunque surgió como una legítima fusión entre tradición brasilera y electrónica, el bossa-nova lounge terminó siendo uno de los subgéneros más irritantes de esta década -por snob, estandarizado y omnipresente-, y la paulista Céu fue sabia en esperar que pasara la fiebre que azotó a tanto restobar con onda y sin inventiva. Su anterior álbum, Céu, apareció hace cuatro años, y rápidamente fue confundido con la onda en boga, pese a haber tenido un arraigo autoral profundo y evidente.

Pasada la moda, Vagarosa puede demostrar ya sin distractivos la poderosa identidad de Maria do Céu Whitaker Poças como compositora, y la creatividad que aplica como cantante y arregladora. En vez de apoyar su fraseo portugués sobre bases electrónicas abusadas, Céu adapta su voz con versatilidad a colchones musicales con mucho de reggae y algo de géneros urbanos clásicos reformulados (es algo parecido al tango lo de "Papa"), y en los que la electrónica se utiliza como recurso de texturas, más que como impulso rítmico (con el uso de teclados antiguos, por ejemplo).

"Escucho música en vinilo", explica, y en sus discos queda claro por dónde se cuela lo retro. Más imaginativa que Bebel Gilberto, más quieta que María Rita y más experimental que Marisa Monte, Céu merece un espacio entre las jóvenes cantautoras de su país, pues ofrece algo diferente, y su distinción es fresca y, por momentos, hermosísima.

—Cristina Hynde