The E.N.D.

No es casualidad que The Black Eyed Peas esté por iniciar una gira con U2. Sus estilos resultan distintos, pero coinciden en el deseo de cantarle al mundo con gesto mesiánico, ansioso por convencer. Pasaron, sin complejos, de ostentar cierto cartel alternativo en sus comienzos a ser rostros de masivas campañas comerciales que vendían sobre todo artilugios electrónicos. De alguna forma The E.N.D se siente como la banda sonora de toda esa tecnología que will. i.am, Fergie, Apl.de.ap y Taboo ofertan.

El álbum es todo un alarde de producción, pulcritud y fe absoluta en el ritmo que se puede fabricar en la pantalla de un computador. Se inspira en la austeridad instrumental y melódica que infundió Kanye West a su última entrega, 808s & amp; heartbreak (2008), mientras enfoca la pista de baile a punta de beats y estribillos que recuerdan el dance europeo de hace veinte años, en canciones como "Meet me halfway", "Missing you", y "Party all the time".

También hay estelas de números como Daft Punk en "Rock that body" y abundancia del efecto vocoder en las voces, recurso manido en el single "Boom boom pow", actual número uno de la revista Billboard en la listas Hot 100 y Hot digital. Todo el despliegue de ingeniería y máquinas convierte a The E.N.D. en una obra calculada para ganar rápido espacio en la memoria, con la misma intención y mecánica de un jingle.