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Fuerte el aplauso

El Teatro Oriente fue prácticamente un set de televisión, pero sin cámaras. El cantante chileno se movió así en su hábitat natural para la revisión de su último disco, Swing.

10 de Agosto de 2009 | 12:15 |
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Luis Jara en vivo, en un concierto en el Teatro Oriente, y en estudio, en un estelar de Mega. Es casi lo mismo, sólo que sin cámaras y con muchas más canciones.

El Mercurio

En cualquier momento nos íbamos a comerciales, o aparecía alguien entre el público lanzando chistes y entrando en diálogo con la estrella de la cita, Luis Jara, con el Teatro Oriente repleto y convertido en un virtual set de televisión sin cámaras. Pero no se trataba de un estelar más del cantante y animador, sino de la presentación de Swing (2008), disco en el que compiló sus canciones favoritas de los '70 y '80, bajo un formato musical que tiñe de bohemia y garbo con ligera coloración jazz.

Respaldado por una consistente orquesta, coristas, cuerpo de baile y un completo montaje lumínico incluyendo varias pantallas, Luis Jara reincidió en todos los tics que lo han convertido en un consumado profesional del entretenimiento: participó de coreografías sin perder el aire y la nota, cambió su vestuario, pidió sentidos aplausos a su equipo, exhibió un humor más pícaro (resabio evidente de sus noches en "Morandé con Compañía"), y se dio el tiempo para reflexionar sobre el valor de la familia, mientras bromeaba con una abuelita del público que subió al escenario.

Todos esos condimentos hacen de Luis Jara un artista particular en la escena chilena, que eventualmente seguirá sacando discos sin mayores riesgos -por lo cual es probable que continúe sin traspasar con éxito nuestras fronteras-, pero con indiscutible talento para divertir y encantar con su romanticismo, a un público que sólo exige risas y suspiros.