CIUDAD DE MÉXICO.- Un grupo de expertos en la vida y obra de Frida Kahlo ha denunciado en México la aparición de dos libros, uno de los cuales circulará en breve en Estados Unidos, por considerar que se basan en objetos "apócrifos" atribuidos a la pintora mexicana.
Se trata del catálogo "El Laberinto de Frida Kahlo. Muerte, dolor y ambivalencia. Cartas ilustradas, dibujos y notas íntimas", que expone imágenes de objetos, presuntamente de la artista y esposa del pintor Diego Rivera, y cuya edición estadounidense lleva por nombre "Finding Frida Kahlo".
"Toda la documentación y obras reproducidas en dichas publicaciones ha sido considerada y determinada por los más experimentados y acuciosos investigadores de la obra de Frida Kahlo como falsa", afirmaron especialistas mexicanos y estadounidenses en una carta enviada la semana pasada a las autoridades culturales de México.
Entre ellos están Pedro Diego Alvarado, nieto de Diego Rivera, las galeristas Alejandra Reygadas de Yturbe y Mariana Pérez Amor, además de historiadores de arte e investigadores como Teresa del Conde, James Oles, Hayden Herrera, Salomón Grimberg, Irene Herner y Mary Anne Martin.
Junto a los libros, donde se retrata a una Frida desconocida, el centro de la polémica es una colección de 1.200 objetos, propiedad desde hace cuatro años del matrimonio de anticuarios mexicanos Carlos y Leticia Noyola.
Desde entonces, Raquel Tibol, una de las mayores autoridades sobre arte mexicano en el mundo, ha negado la autenticidad de este acervo.
"Es una burda falsificación, muy mal hecha", aseguró a dpa Tibol, quien fue asistente de Rivera, además de haber vivido una temporada en la Casa Azul de Frida, antes de su muerte en 1954.
En junio, los Noyola dijeron al diario The New York Times haber comprado "a un abogado" algunas maletas y cofres, decorados con los nombres de la pareja más famosa de pintores, y en cuyo interior hallaron ropa, joyas, dibujos, recetas de cocina, cartas, animales disecados y otras piezas.
Con ellos, el "Centro de Estudios del Arte Mexicano" de Guanajuato, al centro de México, creó en 2008 un catálogo.
Luego la estadounidense Barbara Levine, quien fue curadora del Museo de San Francisco, eligió 256 objetos para dar forma a "Finding Frida Kahlo", que saldrá a la venta a finales de agosto en Estados Unidos bajo el sello Princeton Architectural Press.
"Toda publicación seria tendría que pasar por quienes conocen la obra de Frida Kahlo, además de pedir autorización (para su reproducción) al Fideicomiso del Banco de México", dijo a dpa desde Estados Unidos Salomon Grimberg, autor de varios libros y uno de los curadores de la magna muestra sobre la pintora, realizada en 2007 en el Palacio de Bellas Artes de México.
Los denunciantes pidieron a las autoridades e instituciones culturales responsables del patrimonio artístico de México su intervención "para poner fin a esta simulación".
También exigen "que se detengan todas las falsificaciones de Frida Kahlo", declaró a dpa Teresa del Conde, reconocida crítica de arte mexicana, creadora de "Frida Kahlo. Una mirada crítica".
En abril, funcionarios e historiadores de arte informaron sobre la proliferación y existencia en México de medio millar de obras falsas de Kahlo, cuyos cuadros y artículos personales son altamente cotizados en el mundo.
Según los registros oficiales, Frida Magdalena Kahlo Calderón (1907-1954) sólo creó unas 250 obras entre óleos y dibujos.
Carlos Philips, presidente del Fideicomiso del Banco de México que protege la obra de la artista, patrimonio nacional del pueblo, dijo a dpa que ya se busca la manera de evitar la difusión de las falsificaciones.
Philips explicó que para establecer una estrategia que evite que se difundan como auténticas las falsificaciones se ha comenzado a trabajar con el Instituto Nacional de Bellas Artes, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, y los Museos Diego Rivera, Frida Kahlo y Dolores Olmedo, el cual resguarda 26 óleos de la atormentada pintora.
En 2007, Carlos Noyola intentó vender a una editorial argentina unas 60 cartas "de Frida". No obstante, la compra no pudo realizarse, ya que en su momento Raquel Tibol, tras haberlas analizado, denunció y negó públicamente su autenticidad.