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XXI poetas chilenos

Veintiún nombres para recuperar entre versos y melodías. El trovador, payador y, cancionista chileno sigue su ruta de búsqueda poética iniciada hace 25 años, en el movimiento del Canto Nuevo.

17 de Septiembre de 2009 | 17:34 |

No es nuevo el vínculo de Eduardo Peralta con la poesía. Más allá del valor literario de sus propios versos como trovador, sus discos vienen nutriéndose parcialmente de lírica ajena desde 1983, cuando en el cassette Eduardo Peralta adaptó por primera vez la poesía cantada de Georges Brassens. La compañía del fundamental autor francés ha sido, desde entonces, constante en su trayectoria (hasta hoy se afirman los "lunes brassensianos", en el capitalino Mesón Nerudiano); pero hay también poesía de Juvencio Valle, Jorge Teillier, Enrique Lihn, Gonzalo Rojas, Armando Rubio, Teresa Calderón, Óscar Hahn, Clemente Riedemann y Gabriela Mistral en la discografía de Peralta. Y eso, sólo por nombrar a los vates chilenos.

La poesía se ha acomodado casi siempre con prestancia y brillo a las composiciones de muchísimos músicos locales, entonces, ¿qué novedad puede tener este nuevo disco de Peralta? La hay, y ampliamente, en la selección del repertorio: si se deja espacio para los tótems Neruda, Mistral y Parra, es para textos suyos poco conocidos, como "¿Dónde estará la Guillermina?", "Canción de los que buscan olvidar" y el agudo canto paternal de "Catalina Parra". Pese a títulos, también, de Pablo de Rokha y Gonzalo Rojas, ésta es más bien una selección fresca para plumas poco revisadas por nuestros músicos. De la descripción contemplativa que contiene "El agua", de Miguel Arteche, al crescendo romántico de "Balada del antiguo amor", de Roberto Meza, hay en este álbum ánimos diversos y un eficaz esfuerzo por difundir versos que probablemente suenen al oído por primera vez.

De hecho, sorprende una de las pocas poesías legadas por el prosista Manuel Rojas ("Gusanos"). La voz de Peralta es cálida y dúctil, y su guitarra rápida logra darle melodía al texto, al punto que "Un desconocido silba en el bosque" parece la canción que nunca compuso Jorge Tellier. La propia voz de Stella Díaz Varín envuelve el inicio de "Palomas", y también se escucha aquí a Paz Molina y Óscar Hahn. Más que un disco de Eduardo Peralta, éste es un trabajo con la poesía chilena como protagonista, cómo sólo podría idearlo un buen trovador y un entusiasta lector.

—Marisol García

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