''Código de familia'', un reparto de excelencia para un guión de baja estatura.
AVHLa corrupción es capaz de contaminar la sangre de una familia, incluso si ésta tiene una tradición de "honor y gloria" (como lo dice en el título en inglés de esta película) vinculada a las fuerzas de la ley y el orden en Estados Unidos. En un país donde ciertas instituciones son respetadas con sagradas reverencias, el género cinematográfico policial se ha dedicado históricamente a explicar que las cosas no necesariamente son pulcras.
Precisamente esta constante mirada a la corrupción policial -e incluso con los mencionados vínculos familiares- ha perdido el vigor con el que se introdujo con especial fuerza en la década de 1970, cuando el cine cuestionaba sin pudor a las instituciones. El material, ya desgastado por los años, usualmente da pie a películas que resultan repetitivas, poco interesantes y, finalmente, desechables.
¿Cómo es posible que una cinta como "Código de familia" pueda salir de esta tendencia? La respuesta está en los créditos. Con nombres como Edward Norton, Jon Voight y sorprendentes actuaciones de Noah Emmerich y Colin Farrell, la película cubre con un manto de humanidad una trama trillada y problemáticamente predecible.
Norton interpreta a Ray Tierney, un detective que termina volviendo a las calles para investigar un tiroteo que dejó a cuatro policías muertos. Su hermano Francis Tierney, Jr. (Emmerich) es el jefe del grupo que sufrió las bajas y su padre (Jon Voight) es un veterano integrante de las fuerzas que siente orgullo al ver a sus hijos siguiendo sus mismos pasos. A ellos se suma Jimmy Eagan (Farrell), cuñado de los hermanos policías e integrante del departamento de narcóticos.
Qué va primero, ¿la familia o el honor? Cada personaje tiene su propia respuesta y aquello es lo que los confronta, más aún en la función clave que ocupan en una sociedad. Los hombres probos y cumplidores de la ley, manchados por cavilaciones éticas y el derrame de sangre sin justicia de por medio. Si no fuese Norton, Voight o Emmerich quienes se hicieran esta pregunta, con una solidez que supera largamente los "requerimientos" del guión, esta película pasaría a un montículo de celuloide digno de ser incautado.
Video
En una costumbre que ya no es muy habitual, la edición de la película se entrega en un disco con dos alternativas de pantalla: en el "lado A" está la versión original para pantalla ancha (1.85:1), mientras que en el "lado B" aparece la opción de ver la película en su adaptación para la cada vez menos usada pantalla standard (1.33:1). En ambos casos, la calidad de la imagen es de excelente nivel y se resuelve bien la compleja oscuridad de muchos de sus pasajes. Claramente se recomienda ver la cinta en su versión original y no en el formato cercenado que ofrece el "lado B".
Audio
La edición presenta sólo una pista de audio con la versión original en inglés, en formato Dolby Digital 5.1. El uso de los parlantes laterales es usado con discreción y sin golpes efectistas constantes, manteniendo la concentración en el drama más que en la acción. La película se puede seguir con subtítulos en español o inglés.
Material extra
El punto más bajo de esta edición: no hay ningún material extra. Es lo mismo que sucede con la "edición simple" editada en Estados Unidos, por lo que se tratan de ediciones más bien atractivas para el arriendo. En el mercado norteamericano sí se lanzó una edición especial de dos discos, que incluye un extenso documental sobre la realización del film y una copia digital.
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