Es una imagen tomada por el fotógrafo Julio Bustamante en algún año a mediados de los '50 la que aparece en la tapa del nuevo libro sobre Violeta Parra, como un aviso de que siempre es posible encontrar un retrato inadvertido de la folclorista y creadora chilena. También es la tapa de un libro paradójicamente inadvertido hasta hoy en Chile: es "El libro mayor de Violeta Parra", escrito por su hija Isabel Parra y editado hoy por primera vez en nuestro país desde su publicación original en 1985.
-Esa foto maravillosa que usamos para la portada está tomada en el Estadio Nataniel en el año de la pera, con su guitarra blanca, su guitarra Ramírez -evoca la propia Isabel Parra, cantante y compositora que ha sumado a esos oficios el de custodia del legado histórico de Violeta Parra desplegado en estas páginas-. Son escritos donde ella se sitúa en este universo y da sus puntos de vista, sus pareceres, su relación con el mundo, con la gente, con su familia, sus amigos, su trabajo, con su forma de ser.
Publicado originalmente en España en 1985, durante el exilio de Isabel Parra, el libro es un relato cronológico en torno al relato de la autora sobre la base de documentos y testimonios recuperados y conservados por la Fundación Violeta Parra, que la propia hija de la folclorista preside. "La Violeta te escribía una carta pero después se volaba y te empezaba a hablar de ti, de lo que le estaba pasando a ella en Europa…", dice Isabel Parra. "Son cartas que van más allá del ámbito familiar, la muestran no sólo cantando o tocando, sino como espectadora de su tiempo. Cómo no querer compartir a la Violeta Parra en ese ámbito".
-¿Qué tan aumentada es esta nueva edición comparada con la primera?
-Creció muchísimo. La versión original del "Libro mayor" en realidad no era tal, fue una edición bien modesta, y a pesar de eso permaneció como una reliquia que pasaba de mano en mano entre la gente. Eso me estimuló a hacer esta edición, aumentada, con documentos y fotografías inéditas. Ahora sí que es un libro mayor. Finalmente.
La primera mano
Publicada por la editorial Cuarto Propio, la nueva versión de "El libro mayor de Violeta Parra" sucede a la reedición presentada en febrero de 2009 en Cuba con motivo de la Feria del Libro de La Habana, y a la versión española original de 1985, que tampoco estuvo exenta de accidentes, recuerda la autora.
-La primera editorial que lo iba a publicar, en Barcelona, quebró. Posteriormente me invitó (el editor) Carlos Orellana a publicar la versión que se conoció. También esperábamos que en algún momento un biógrafo escribiera un libro cototudo de la Violeta, como todavía estamos esperando. Qué ha ocurrido: se han escrito varios libros de la Violeta, pero toman toda la información del "Libro mayor" original, o si no otras informaciones erradas que se repiten y se deforman. Esto tiene ese valor de la primera mano y la mano de la hija mayor de la Violeta, que no se le ha olvidado nada de lo que ocurrió y que la quiere compartir con la gente.
-¿Qué cosas nuevas aparecen por primera vez en esta edición?
-Ahora nos enteramos por ejemplo de una larga carta donde ella pide a su amigo Osvaldo Rodríguez (Osvaldo Gitano Rodríguez, el autor de la canción "Valparaíso") que se comunique con Alberto Zapicán (el cantor uruguayo que trabajó en la carpa que Violeta Parra inauguró en diciembre de 1965 en la comuna santiaguina de La Reina). Y eso es un pretexto para hablar de quién es este señor Alberto Zapicán, si vino de guerrillero, clandestino, de dónde llegó y por qué aterrizó en la Carpa de La Reina. Se hace claridad sobre la mitología que se ha inventado. Conocemos una cantidad de personas que aseguran que Violeta Parra compuso "Gracias a la vida" frente a ellos. Y nosotros, bueno, así es la vida.
Entre las trescientas páginas del libro hay además material inédito, desconocido al momento de la edición original. Entre esos documentos figuran la correspondencia que Violeta Parra sostuvo con el músico de origen suizo Gilbert Favre, así como cartas que arrojan luces sobre la inadvertida estada de la artista en Argentina en 1961, antes de emprender con sus hijos Isabel y Ángel Parra su segunda gira a Europa.
-Cuando la Violeta fue a Argentina a buscar al tío Lalo que estaba en dificultades, lo mandó de vuelta a Chile con su mamá y sus historias, pero naturalmente se quedó allá. Vivió en la casa de la familia de don Joaquín Blaya, un gobernador en la pampa que se transformó en su gran amigo, realizó un trabajo enorme de clases, de arpilleras, de concursos de cuecas, y después se fue a Buenos Aires. No sabíamos de esta estancia en la pampa ni de la existencia de este amigo porque no había registros. Y luego la Violeta se va a Europa con nosotros, y empieza a escribir a su amigo, a narrarle el viaje, dónde vamos, qué nos ha pasado. Y después él aparece en la carpa de La Reina y hay fotos donde la Violeta está con él.
-¿Son cosas que ella no les contaba?
-La Violeta corría con colores propios. No nos contaba si se escribía con Fulano o Zutana. Nosotros (Ángel e Isabel Parra) estábamos en un festival, andábamos cantando y haciendo nuestro acompañamiento a la Viola, pero no había una narradora, y resulta que sí la había. Y ella escribe que Ángel se enfermó en un tren y también grandes loas a la Unión Soviética, incluso le dice a su amigo que cómo es posible que no sea comunista. Es el espíritu total y absoluto de la Violeta en ese tiempo, de gran amistad y de fidelidad.
-¿Pueden seguir apareciendo cosas nuevas? ¿Tampoco está terminado el libro ahora?
-Siempre va a ocurrir eso, la Violeta Parra nunca va a terminar de aparecerse. Nunca. Eso es eterno. No sé por qué era así la Viola, por qué aparece una persona que me muestra una poesía de ella del año de la pera, de cuando estaba casada con mi padre, y son unas cosas que uno dice "dónde estaba la Violeta, para quién va dirigido todo eso". Hay muchos misterios también, misterios en los que no hay nada que preguntarse, y quedarse calladito. Cada uno piensa lo que quiere pensar.
Una presentación del poeta cubano Víctor Casaus, un escrito del profesor Gastón Soublette, testimonios del poeta Gonzalo Rojas y de las folcloristas Margot Loyola y Silvia Urbina y la "Defensa de Violeta Parra", del antipoeta Nicanor Parra, son también parte de "El libro mayor de Violeta Parra", con el aporte también inédito del cantante y compositor cubano Silvio Rodríguez, quien escribió el poema "Carta a Violeta Parra" que figura como presentación del libro.
-Yo estaba esperando algo para la primera página del libro, y por razones de amistad o de comunicación telepática llega un poema que me manda Silvio que me dice "Chabe, ¿qué te parece, te gusta?" Úsalo ahí o donde quieras -recuerda la autora-. Así empieza el libro.
-¿Además de autora también eres una lectora de este libro, con las cosas nuevas que tiene incluso para ti?
-Yo me salgo de mí y me instalo como lectora, me deleito con estas cosas nuevas y sigo aprendiendo cosas de ella. Uno se acerca más aún a ese personaje entrañable que es la Violeta Parra, a su forma de ver la vida. Es muy entretenido ser lectora, lo único que quiero es que salga el libro para leerlo.