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Acordeón carnaza

Después de un año exacto de estada en India, la cantante, compositora y acordeonista chilena vuelve a su puerto de origen. Allí recibirá a los cantantes de diversas generaciones y procedencias que animarán hasta el domingo el festival "Rock carnaza".

30 de Septiembre de 2009 | 19:53 |

Algunos invitados al festival musical de cuatro fechas que parte este jueves 1 de octubre en el Teatro Municipal de Valparaíso vienen de Argentina o Brasil, y otros de Alemania o de Suecia, como es el caso del más nómade de los cantores chilenos actuales que es Nano Stern. Pero nadie trae tantas millas como la cantante y acordeonista Pascuala Ilabaca, quien llegó de India tras una estada de un año a su puerto de origen, lista para ser anfitriona del tercer Festival Rock Carnaza que se extenderá hasta el domingo en Valparaíso.


Partió en agosto de 2008, justo después de lanzar su disco Pascuala canta a Violeta (2008), formado por versiones de canciones de Violeta Parra, y volvió en agosto de 2009. Acompañada por el percusionista Jaime Frez, con quien además integra el grupo de música étnica Samadi, se estableció en la ciudad de Varanasi, al norte de ese país, y llegó con canciones destinadas a un disco nuevo, el primero de composiciones propias, que espera empezar a grabar antes de que termine el año.


-Hice muchas canciones con ritmos chilenos, con los temas que llevaba de acá. Odas a personajes que me interesan, de las diabladas, de las cholitas. Nunca me había dado el tiempo de escribir textos de canciones -explica la autora, provista de composiciones con nombres como "Ay mamita", "Cueca las sinceras", "Cueca triste", "Diablo rojo, diablo verde".´


-¿Esperabas componer cuecas en medio de un viaje por India?
-También estuvimos estudiando con maestros de canto, percusión y tabla hindú, pero aparte en cada lugar uno mismo va encontrado de dónde es. Fui a las playas, a las montañas, y era sentirse como en el norte de Chile, en Caspana, en Bolivia, y ponerse a componer huaynos. El paisaje se conecta con el paisaje que uno tiene adentro.

Maravilla hindú


-¿También hay algo de la influencia del viaje?
-La cultura hindú me maravilló e hicimos mucha investigación, yendo a tocar con gente a distintos pueblos. Y al mismo tiempo uno empieza a valorar mucho la cultura propia. Con los otros tú te das cuenta de que eres chilena, de que es muy distinto a ser alemana y uno tiende a explicar de dónde viene a la gente, que no conoce qué es Sudamérica. Para ellos América es sólo Estados Unidos. Yo andaba con el acordeón todo el rato, cantando a la Violeta Parra.


Pascuala Ilabaca hizo también conciertos con ese repertorio y hasta concidió con una gira de la Presidenta Bachelet en marzo de este año, con la que actuó durante una semana en ciudades como Delhi y Chenai y en la inauguración de una muestra de arpilleras chilenas.
 
-¿Cómo encuentras todo acá al regreso?
-Lo comparo con otras ciudades, y la calidad de vida en Valparaíso es difícil de encontrar. Habría que estar a tres mil quinientos metros en la India para encontrar un cielo así de celeste. Es lindo encontrarse con el mar, la naturaleza chilena es muy generosa, y el espacio mismo, después de vivir en un país con ciento veinte millones de habitantes, donde estás todo el día como si fuera Año Nuevo. No hay un lugar donde no tengas a veinte personas alrededor.


-¿Vas a tocar sola con guitarra?
-Con el acordeón. Desde chica estudiaba piano, teclados, y estoy mucho más preparada para eso. Lo anduve acarreando por todo el viaje. De hecho me compré uno nuevo, ese acordeón rojo (con el que grabó el disco) igual ya venía bien destartalado, le tenía que dar un descanso. El acordeón también es carnaza.

Aniversario de Parra


Este año el festival incluye además a cantantes extranjeros como el argentino Lisandro Aristimuño, el brasileño Paulinho Moska y la australiana Kat Frankie.

-Es importante porque también es la posibilidad de los artistas locales para salir. Valparaíso es una ciudad súper interesante, con lo autocrítico que es la personalidad de los chilenos. A veces viajábamos por la India y me hablaban alemanes sobre la escuela de arquitectura que tenemos en Valparaíso. Es una ciudad del mundo.

La cantante va a ser parte de la última jornada del festival, este domingo 4 de octubre, programada precisamente como una celebracón del natalicio de Violeta Parra. "Pensaba dividir la actuación entre canciones de Violeta, como es su cumpleaños, pero no las del disco sino otras, y mostrar algunas nuevas de las que estamos haciendo", explica. "Y lo que me gusta es que ese día vamos a tocar tres personas que nacimos en el '85".

-¿Sí? ¿Y tienen otras cosas en común, dirías tú?
-He leído cosas de la Camila (Moreno), por ejemplo, que ha estado en el lago Titicaca, en Bolivia, y son viajes que he hecho también, a los carnavales de Oruro, entonces es algo común. Nano (Stern) también fue a la India, y no lo conozco en persona pero nos contactamos por Internet y me dio algunos datos. Me he dado cuenta de que a veces los creadores de más de 35 están marcados por la dictadura. Nosotros también, pero igual tenemos una limpieza en ese sentido, no hay un peso que te impida sentir la belleza, hay otras ganas de querer vivir el mundo, de se más descubridores, viajeros.


Ahora es el olor del pasto

Para varios de los demás participantes del festival estas fechas se suman a una actividad creciente de conciertos.

-Así está el ritmo -dice Manuel García-. Cuando nos vemos por ahí con la Camila ya tenemos la tendencia natural a tocar juntos. Y está la sensación de que la gente está viniendo a los conciertos de todos.

-Para mí ha sido así, cada vez más, y no sé hasta qué punto va a llegar -sonríe Camila Moreno-. A veces se me olvida dónde estoy, quién soy y hasta qué estoy haciendo.

-¿Les pasa lo mismo con los escenarios?
-Por supuesto que pasa -confirma García-. Hace un rato estaba mirando el mar en Punta Arenas, después Puerto Montt, después Arica, Antofagasta, Mejillones, siempre mirando por la ventana el mar en un lapso de dos o tres semanas. Y en el caso de Nano (Stern) bajándose del avión es más confuso todavía.
-Afghanistán, Rusia… -enumera Camila.
-En realidad es un estado constante -precisa Nano Stern, con apenas unas horas de haber aterrizado en Chile proveniente de Suecia-. No tiene nada que ver con dónde estás: tiene que ver con dónde estás adentro tuyo. Me acostumbré en los últimos años a que todo cambia de lugar, todo el tiempo. Es la capacidad de estar ahora. Ahora es el olor a pasto que hay aquí. En cinco minutos va a ser otra cosa.
-Ayer hicimos un concierto muy intenso, el lanzamiento de (el video) "Cangrejo azul", y hoy ya está olvidado, como si hubiera pasado hace un año -ejemplifica García-. Alguna gente sube algo al Facebook, pero no lo veo, no alcanzo, no me puedo quedar en eso. Eso es detenerse, y es inútil.

-¿Hay una cuestión generacional también? Pascuala Ilabaca sacó la cuenta de que los tres que van a tocar el domingo nacieron en el '85.
-¿La dura? -dice Stern.
-¿Qué mes? -pregunta Camila Moreno.
-Yo en marzo. Fin de marzo. ¿Y tú?
-Yo en julio. Cáncer -responde ella-. Mira la Pascuala qué aplicada.
-No es coincidencia -concluye Stern-. No conozco otro lugar donde pase esto, que todos o casi todos los músicos de una generación se estén juntando. Ahora está pasando acá.

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