Rostros de la música latina compartieron escenario con ''La Negra''.
APBUENOS AIRES.- Nacida en 1935 en San Miguel de Tucumán y con sangre mestiza de padres diaguita y francés, sus primeras apariciones en conciertos datan de 1961, aunque en ciertos registros figura el triunfo en un concurso de canto organizado por una radio tucumana cuando tenía apenas quince años.
Desde los '60, la "Negra", como era conocida Mercedes Sosa, comenzó a ubicarse en un nutrido panorama de jóvenes cantautores e intérpretes que formaron el Nuevo Cancionero Argentino, un paralelo a la Nueva Canción Chilena en esa misma década: Jorge Cafrune, Facundo Cabral, el Cuarteto Zupay y unos jóvenes Víctor Heredia y León Gieco.
Pero fue con más claridad en 1965 cuando la cantante tucumana alcanzó el triunfo que la llevaría al estrellato definitivo. Su aparición como invitada de Cafrune en el famoso festival folclórico de Cosquín determinó la posición de Sosa en el panorama musical de una década de revoluciones artísticas. Autoexiliada a partir de 1976 en París y Madrid como protesta ante la dictadura de Videla, llevó por Europa los repertorios folclóricos de chacareras, zambas, bagualas, vidalas y tonadas. Por ese tiempo ya interpretaba en sus conciertos canciones como "Gracias a la vida" (ver recuadro).
Hacia el tango, el pop y el rock
En su regreso a Argentina, el concierto que ofreció en el Teatro Ópera de Buenos Aires en 1982 se fecha como uno de los hitos en la recuperación de la democracia y marca además una nueva etapa en el librepensamiento de Sosa, quien además de trabajar como cultora de la raíz folclórica abrió sus posibilidades a colaboraciones con músicos de tango, pop y rock, grabando Charly García, David Lebón, Fito Páez y la orquesta típica del bandoneonista Rodolfo Maderos.
Su deterioro de salud y su progresivo sobrepeso durante el último lustro, interrumpió una continuidad en los escenarios, aunque igualmente pudo participar de las presentaciones de su último disco, Cantora, que realizó con duetos junto a gente como Spinetta y Sabina.
Desde su origen en el interior de Argentina se centró en cantos folclóricos y de autores tucumanos de raíz como Pato Gentilini, el Chivo Valladares y Pepe Núñez, con un cuerpo no menor de zambas, chacareras, bagualas, vidalas, carnavalitos, tonadas, y de esa primera partida de discos aparecen piezas históricas en esta línea como "Recuerdos del Paraguay", "El indio muerto", "Zamba de la distancia", "Chacarera del 55'", "Ki Chororo", "Los inundados", "Canción para mi América" o "Tonadas de Manuel Rodríguez", sobre textos de Neruda. Ya desde esos tiempos podía acompañar su voz nada más que sobre el golpe del bombo legüero.
El álbum que reúne todos los lados de la raíz folclórica y la trova latinoamericana en la cantora tucumana, y que según los especialistas marca la etapa post dictadura hasta su final es Mercedes Sosa en Argentina, fue grabado en vivo en 1982 en el Teatro Ópera, tras el regreso de su autoexilio en París y Madrid.
Allí interpretó canciones como "Soy pan, soy paz, soy más" (de Piero), "Sueño con serpientes" (de Silvio Rodríguez), "Alfonsina y el mar" (de Ariel Ramírez y Félix Luna), "Sólo le pido a Dios" (de León Gieco), "Como la cigarra" (de María Elena Walsh), "Cuando ya me empiece a quedar solo" (de Nito Mestre) y "Canción con todos" (de César Isella), algunos de ellos entre los más importantes receptores del legado de la tucumana.
En Argentina aún hay gente que piensa que "Gracias a la vida" es una canción de Mercedes Sosa, pero eso en lugar de aparecer como una factible sustracción de autorías representa un gesto de preservación y proyección folclórica.
Con Violeta Parra fallecida en 1967, uno de los más importantes vehículos de difusión de esta obra estuvo en el registro de soprano (cada vez más cerca del contralto) de la intérprete argentina Mercedes Sosa.
A partir de su autoexilio en Europa llevó a otros públicos las canciones de la compositora chilena que había grabado en 1971 en su disco Homenaje a Violeta Parra, con "Según el favor del viento", "Arriba quemando el sol", "Volver a los 17", "La carta", "Qué he sacado con quererte" o "Rin del angelito".