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Santiago: Jueves 21 de noviembre del 2024 | Actualizado 18:07
SANTIAGO.- Si el jueves era la gala, la noche del viernes fue el turno del rock de estadio. Ese estridente, sentido, lleno de emoción y conexión con los más de 22 mil espectadores que llenaron el estadio Bicentenario de La Florida.
Faith No More se paseó por los decibeles altos y los tempos lentos generando una atmósfera delirante que se completaba con los gritos, chillidos y movimientos frenéticos de Mike Patton.
La noche estuvo plagada de hits y, por esta vez, quedaron afuera los escupitajos masivos.
"Epic", "From out of nowhere", "Evidence" e "Easy" pasaron por el tracklist y aunque no estuvo "Digging the grave" -como en el Caupolicán-, sí sonó "We care a lot".
Durante el show, Patton lanzó agradecimientos y palabras sueltas en español (la raja), se atrevió a gritar un par de ceacheís y en medio de "Midlife crisis" bajó del escenario, causando la desesperación de los efectivos de seguridad.
El vocalista saltó al espacio que había entre el escenario y el público. Los guardias intentaban -torpemente- tomarlo, Patton los empujó en forma brusca y comenzó a cantar con el público mientras caminaba tocando sus manos. En ese momento, la preocupación de los funcionarios era la seguridad del cable del micrófono que terminó fallando y ahogando la voz del cantante.
El punto negro de la noche lo marcó una falla en el sonido, justo cuando Faith No More interpretaba la penúltima canción de la noche -nada menos que "We care a lot"-, los parlantes dejaron de sonar, pero la banda siguió tocando y la gente los apoyó con su voz. Se escuchaba la música apagada que salía por los monitores de retorno del escenario y el silencio seguido de los ou o o ohhh de la audiencia.
Tras casi una hora y 30 minutos, Faith No More cerró su tercera visita a Chile en medio de la ovación y caras de incredulidad. El público quería seguir escuchando a los estadounidenses.
En el Caupolicán Mike Patton sufrió una lluvia de escupitajos. Muchos fanáticos pensaron que en la jornada de La Florida las precipitaciones se repetirían.
Pero sólo se dieron en forma aislada. El frontman estadounidense no se salvó de algunos gargajos de los fanáticos que estaban pegados a la reja de contención bajo el escenario.
Patton lució por algunos minutos una flema en su mejilla izquierda y otra en su cabeza. Además, hizo el ademán de lamer otras que presuntamente yacían sobre su antebrazo derecho. Pero todo este episodio duró pocos minutos y el cantante no dijo nada al respecto.
Lentamente, la barbarie se extinguió con el bálsamo caliente de las melodías de Faith No More.
