EMOLTV

Llega a Chile el libro que sube al columpio al fenómeno de Facebook

"Faceboom", del argentino Juan Faerman, analiza con humor las lógicas de la popular red social y el comportamiento de sus usuarios, que muchas veces puede acercarse a lo patológico.

06 de Noviembre de 2009 | 08:36 | Sebastián Cerda, Emol
imagen

Pese a ser de un autor nacido en el país invitado de honor de la Feria del Libro, ''Faceboom'' no tendrá una presentación especial en el certamen, aunque sí será uno de los volúmenes más frescos en las estanterías.

Ediciones B

SANTIAGO.- Cuando aún era una red emergente, de cuya existencia muchos recién se estaban enterando, las opiniones en torno a Facebook solían ser extremas: Que era el nuevo engendro alienante de internet, que ayudaba a mantener contacto con quienes éste se había perdido, o que multiplicaba las opciones de interacción con los más cercanos, eran algunos de los argumentos para amarlo u odiarlo.

Pero de eso ya ha pasado un buen tiempo, las emociones han decantado, y los análisis se pueden hacer con mayor liviandad y sin ponerse tan graves o extremistas. Eso parece ser lo que buscó el argentino Juan Faerman, cuyo libro "Faceboom" (Ediciones B, $9.000) acaba de llegar a Chile, donde en estos días es una de las más llamativas novedades en la Feria literaria de la Estación Mapocho.

De este modo, el autor está lejos de embarcarse en análisis de corte sociológico o algo similar, para optar simplemente por una escalada de comentarios en clave humorística acerca de las racionalidades detrás de cada acción que se pueda realizar en Facebook.

Todo es risible para el argentino, partiendo por la recepción que la red nos brinda con la impertinente pregunta "¿qué estás pensando?", cual si fuera una novia o novio invasivo, que no nos deja tranquilos ni en nuestros pensamientos. No era así, dice, en el antiguo "¿qué estás haciendo ahora?", que por último se asemeja a más a un "¿en qué andas?", que pudiera decirnos cualquier amigo a modo de saludo informal.

Para el autor no es casual el cambio de pregunta, sino reflejo de la actual relación que la red establece con el usuario, al que tiene totalmente agarrado, embobado y dependiente, incluso a su pesar. Tal como la novia de la pregunta.

Pero, de todos modos, pocos escriben en ese espacio exactamente lo que están pensando —que es también lo que uno hace cuando le preguntan qué está pensando—, para dar paso a toda clase de divagaciones, informes sobre actividades realizadas y proselitismo de distinta índole.

Una conducta similar a la que el escritor detecta ante las invitaciones para asistir a un evento. Según Faerman, una ínfima parte de quienes marcan "asistiré" se aparecen finalmente por el evento en cuestión, por lo que la marca pasa a ser una forma de apoyo a la iniciativa o una manera de vender determinada imagen de sí mismo ante los demás.

Porque —y ésta es una de las tesis del autor— todo lo que haga uno en Facebook tendría como fin que otros se enteren, y cualquier excusa rebuscada es falsa. Una inclinación que puede transformarse en compulsiva y ajena a la realidad, como sucede con aquellos que rellenan la casilla "qué estás pensando" cada tres minutos, jurando que todo el mundo puede estar interesado en lo que hagan con esa periodicidad. Y si coronan todo ello calificando su propia frase con la marca "me gusta", la situación ya se vuelve patológica.

Son algunas de las áreas por las que se pasea "Faceboom", siempre dejando de lado el análisis mayor, en beneficio de un aspiracional humor. Allí está la característica del libro, pero también su trampa, ya que las tallas de Faerman no siempre encuentran recepción en el lector (en parte por sus recurrentes argentinismos), mientras que otros temas que podrían merecer un razonamiento más serio o que simplemente no son risibles, el autor insiste en llevarlos al terreno de lo gracioso.

Pero de todos modos es una lectura ágil, con una segunda mirada sobre un tema que, a estas alturas, todos tenemos bien dominado. Algo así como un monólogo de "El club de la comedia" dedicado a Facebook, pero in extenso. Si el paladar del lector concuerda con ese perfil, seguro que funciona.

EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?