Suena "16th & Valencia Roxy Music" y uno se pregunta si acaso Devendra Banhart no se ha golpeado la cabeza con una bola de espejos. Un hombre hasta ahora asociado de manera casi exclusiva al folk -más específicamente, a esa extraña forma de neohippismo indie graciosamente bautizada por la prensa de Estados Unidos como "freak-folk"-, aparece en esa canción súbitamente listo para la pista de baile, en tributo evidente a la época y la banda de un galán del temprano new wave, Bryan Ferry. El ademán sofisticado y bailable volverá en "Baby" y en "Rats", pero al rato quedará claro que son excepciones, aunque poderosas, para un disco más bien tranquilo, acústico e intimista, como casi todos los del californiano.
Estos desvíos de agitación no son, sin embargo, gestos aislados de desorden: dentro de su color otoñal, es probable que What will we be sea el más diverso de los siete álbumes publicados hasta ahora por Banhart, y la sorpresa de esa variedad es refrescante. No estamos ante un giro radical de estilo, pero sí ante una ampliación de referentes y colores: psicodélicos en "Maria Leonza", brasileros en "Can't help but smiling", troveros en "Angelika", e incluso jazzeros en "Chin Chin & Muck Muck" (un tierno tema de amor, que promete: "trenzaré pájaros exóticos en tu pelo"). La mezcla y el encuentro de géneros es marca de esta época del download, pero en Banhart esa combinación no suena a acumulacón, sino al flujo natural de una misma corriente lánguida, sabrosa, tarareable.
La música de Devendra Banhart ya no suena al divertimento listillo de un melómano avezado, y, aunque aún no se afirma por completo en una identidad de autor, sus canciones avanzan ya por un sendero propio; libre, pero al fin ordenado en un todo familiar.
—Marisol García