Son canciones de un dúo, ampliadas en algún momento a un grupo y ahora amplificadas a toda orquesta. La propia historia del sonido de Schwenke & Nilo se escuchará en escena este sábado 14 de noviembre en los conciertos con el que el dúo valdiviano, uno de los nombres centrales del movimiento de cantautores conocido como Canto Nuevo y vigente en los años '70 y '80 en Chile, celebrará sus treinta años de carrera en el Teatro Oriente en Santiago.
Canciones reconocidas como "Lluvias del sur", "El viaje", "Entre el nicho y la cesárea", "Pate' vaca", "Con datos de la Unicef" o "Mi canto" integran ese repertorio dispuesto por Nelson Schwenke (voz) y Marcelo Nilo (voz y guitarra) a lo largo de ocho discos grabados entre 1983 y 2004. Algunas de esas, y otras, serán parte del concierto que el grupo ha preparado junto a la Orquesta Sinfónica Ensamble Prometeus que dirige Luis José Recart, a partir de los arreglos del guitarrista Edgardo Riquelme y del propio Nilo.
Junto a los veinticinco músicos del Ensamble, que conforman una orquesta de cámara con sólo instrumentos de cuerda (violines, violas, violoncellos y contrabajos), también estarán en el escenario el clarinetista Santiago Bruna y el flautista Jaime Vásquez, integrante del grupo Fulano, además de la banda habitual de Schwenke & Nilo que forman Pablo Bruna (piano), Edgardo Riquelme y Ramiro Durán (guitarras), Carlos Martínez (bajo) y Daniel Cheul (batería).
Concierto para canturreo y emoción
-Desde que comenzamos, en el año '79 o el '80, tocábamos primitivamente con un cuarteto de cuerdas, recién aprendiendo su instrumento, por lo tanto casi teníamos una orquesta de gatos ahí. Pero teníamos el sueño de replicar eso algún día con una orquesta -explica Nelson Schwenke, cuyo grupo registrará además los conciertos con miras a la edición de su primer DVD, e incluirá una canción inédita en el repertorio, "Futuro esplendor".
-¿Es el concierto más exigente que se han planteado?
Marcelo Nilo: Es uno de los más exigentes, pero hemos hecho cosas titánicas…
Nelson Schwenke: E insólitas…
Nilo: El disco que hicimos en vivo (20 años, crónicas de un viaje, de 2000) me parece de lo más notable que hemos hecho. Espero que esto lo supere.
-¿Qué tanto cambia el sonido con una orquesta de cuerdas?
Schwenke: Ha sido sorprendente, porque cuando miras las caras a los músicos, tienen dieciocho o veinte años, y la cosa envolvente de los arreglos transforma todo lo que estamos acostumbrados a cantar. La gente no va a escuchar "Lluvias del sur" como la conocen, porque hay un peso sinfónico que envuelve y que personalmente me emociona mucho.
Nilo: El sonido envuelve y las actitudes también forman parte del resultado. Lo otro significativo para nosotros, que somos un grupo que se formó en la provincia, es que más del cincuenta por ciento de la orquesta son chicos de provincia. Hay una mujer de Arica y un hombre de Coyhaique, jóvenes que van a tener mucho más la dimensión desde la perspectiva desde donde nosotros construímos.
-¿Fue fácil la elección de las canciones? ¿Cualquier canción del grupo se presta para orquestarla?
Schwenke: Primero nos planteamos mostrar temas nuevos. Pero entendemos que, a la gente que va a un cumpleaños, lo nuevo no les va a permitir participar en el canturreo ni en la emoción. Y hemos sentido en los últimos tiempos que la gente tiene una urgente necesidad de contactarse con la memoria. Elegimos las canciones que nos parece que cumplen esa función, e incluso dejamos fuera algunas canciones sinfónicamente más desarrolladas pero no tan conectadas con la gente. Hay que hacer una selección desde el punto de vista de la conexión con la memoria. Son treinta años, después tendremos ocasión de hacer un concierto con temas nuevos.
Nilo: De todos modos algunas por ahí las pusimos de puro gusto nuestro.
-¿Por ejemplo?
Schwenke: El "Uno se va quedando" (del segundo disco, Volumen II, de 1986). Tenemos una clasificación de parte de mucha gente que nos escucha someramente y que dicen "ustedes son ultra depresivos". Bueno: en este concierto va a haber un cúmulo de canciones depresivas (se ríe). El que no va a cortarse las venas aquí es porque es muy cuero de chancho. Es una canción que habíamos dejado de tocar y que sobre todo en estos tiempo tiene una sensación de mucha actualidad. Muchas de las cosas de las que nos damos cuenta son sensaciones del hombre medio chileno que tienen que ver con lo que no llegó nunca a ser. "Estudié filosofía pero estoy manejando un taxi". O "estudié tres años de ingeniería pero tuve que hacer clases de matemáticas en un colegio". La canción lo dice: "Uno se va quedando con la mitad de la mitad".
-Pero entonces sí es ultra depresivo.
Schwenke: No, no, no: nosotros tenemos un concepto de que la gente no se deprime con nuestros temas. Se enfrenta al espejo nomás. Y cuando uno se enfrenta al espejo y lo asume sale más parado. La gente sale feliz de los conciertos, no sale llorando.
Nilo: Exactamente. No hay que barrer debajo de la alfombra.
Schwenke: Además que nuestro discurso no es depresivo. Somos tipos con mucha alegría, estamos muy satisfechos, de repente vamos en un viaje y la pregunta es "¿Nos merecemos esto?". Yo estoy seguro de que el sábado si va a haber algo flotando en el aire va a ser el cariño.
Nilo: Va a ser una catarsis. Nosotros visualizamos que la necesidad de la gente hoy es tener a otro al lado y saber que no es el único. Esta sociedad individualista no satisface a un ser social. El juntarse en espacios de intereses comunes y reflexiones, enfrentar lo que estamos viviendo y reconocernos entre los otros es algo que la gente está necesitando.
Se acabó la guitarrita y la chalequita
-¿En los inicios del grupo existían o faltaban esos espacios?
Schwenke: Había espacios, y uno se entregaba con todo. La necesidad te obligaba a ser así: hay que estudiar pero también abrir los espacios, trabajar, repartir panfletos, hacer cosas. Y de repente te dicen "ya, no haga más cosas porque ya llegamos a puerto". Y resulta que no habíamos llegado a ningún lado. Entonces se fue la gente pa' la casa, se endeudó y hasta ahí no más llegamos.
-Ya que estás hablando de la transición, ¿ustedes sí alcanzaron a tener esa convicción de que estaba todo bien después del '90?
Schwenke: En lo personal a mí me duró setenta y dos horas (sonríe). Me llama el productor del sello Alerce y me dice "Ustedes, compadre, tienen que empezar a pensar con cómo plantear su discurso: se acabó la cosa de la peña, de la guitarrita, de la chalequita chilota, porque ahora viene la televisión, aquí hay que maquillarse, mirar las cámaras, ver la luz". Y yo dije chuta. Y eso lo conversamos un día martes, y el jueves me quedó claro que no era para nosotros esta transición.
Nilo: Nunca fue.
Schwenke: De hecho hubo sugerencias de que guardáramos muchos temas como temas del recuerdo, porque cantarlos significaba torcer la tuerca para el otro lado. Y en cada concierto la gente nos pedía "El viaje" o "Nos fuimos quedando el silencio" y eran cosas actuales para ese tiempo. Claro, una cosa es la ilusión o la utopía de todos los que partieron en el '90, pero ellos se apitutaron en los cargos y listo.
-¿Siguió siendo un escenario adverso?
Schwenke: O sea, para nosotros el circo siguió siendo el mismo. Los payasos cambiaron nomás, como dicen Los Miserables.
Nilo: Generacionalmente había que vivir en una burbuja, como declaraban algunos, y no entender lo que estaba pasando en este país. Era re fácil ponerse de acuerdo (en dictadura) en no querer que siguieran desapareciendo gente, pero eso sucede igual ahora. Con otra forma. Hay gente que se muere afuera de los hospitales, hay gente sumida en la doga, hay niños de diez años en la calle. Pero cuesta ponernos de acuerdo en entender qué nos está pasando. Además como se ha desarrollado la política en Chile y con quienes controlan los medios de comunicación es difícil que la gente pueda tener relativa claridad. Es muy fácil confundirse hoy día, con la cantidad de estímulos que hay. Pero no somos ilusos: eso fue pensado así.
-Es un diseño.
Nilo: Lo que hoy funciona correponde al diseño que unos hicieron, y que uno no puede atribuir a los administradores de ese diseño, que han sido los últimos gobiernos.
-Pero han sido los continuadores.
Nilo: Exactamente, han sido los administradores de ese diseño. No es posible, no tiene ninguna lógica después de diecisiete años, venir a hablar desde un pedestal cuando quienes denuncian una ley que hizo Pinochet antes de irse, y que tiene que ver con la educación, son cabros chicos de catorce a dieciséis años.
Cambia el uniforme pero el trato sigue
-Recién han mencionado que la gente quiere conectarse con la memoria y con espacios de encuentro, pero ¿es así? ¿No estamos hablando al mismo tiempo de gente que justamente se endeudó y se fue para la casa?
Schwenke: Es que la gente no tuvo opción. Cuando empezamos había un régimen militar sobre nosotros que tenía todo absolutamente controlado y los espacios eran bien claros y los bandos número uno, dos y todos estaban bien definidos y difundidos. Pero a la gente a partir de los '90 le embolinaron la perdiz. Llegó la libertad y llegó la alegría, y tienes que comprar el microondas, cambiar el auto y endeudarte con el banco para comprar la casa. Lo que para nosotros era la dictadura militar ahora es la dictadura económica, y sigue siendo la misma. Se sacaron el uniforme. La persona que debe plata a un banco o a una financiera no tiene derecho a hablar, no tene opinión, no tiene voluntad. Te lo digo porque trabajé veinte años en el sistema económico. El día en que pedí un crédito pasé a ser la basura más pisoteada del mundo. El día en que pagué la última cuota otra vez aparecieron los tipos a reencantarme con la chequera y la tarjeta, hasta que logran cazarte otra vez. Y cuando escuchas que en Chile más del setenta por ciento de las familias debe dos sueldos y medio al sistema financiero, no hay posibilidad de desarrollo cultural ni intelectual ni nada, porque la gente está empecinada en que nos les quiten el auto, la casa y que no echen a los hijos del colegio.
-¿Pero cómo se conecta ese consumidor endeudado con la gente que quier conectarse a la memoria y encontrarse? ¿Son dos personas distintas?
Schwenke: Hay que darles las posibilidad de que lo hagan.
Nilo: Es la misma persona. Soy yo mismo. Yo soy profesor universitario y me aproblema pensar que otro hijo mío va a entrar a la universidad de nuevo. Estamos metidos todos en lo mismo. Cuando voy al sur por ultimo tengo la posibilidad de salvarme porque viajo mucho, pero si no tuviera esta pega estaría loco como todos los demás. Y no soy uno que esté viviendo bajo los índices de pobreza. Pero me aterra que se enferme alguien de mi familia y me saque de este…
-... equilibrio precario.
Nilo: Equilibrio precario. Y eso creo que la gente ya lo está entendiendo bastante bien.
Schwenke: Somos un reflejo de lo mismo. Pero tenemos la obligación como cultores populares de la música, el canto, poesía, lo que sea, de permitir a la gente respirar, abrirle una ventana. Ésa es la idea: juntémonos. Volvamos a juntarnos. En la medida en que seamos tribu otra vez podemos volver a organizarnos.
-¿Qué tan parecido o tan distinto es tocar ahora comparado con cuando estaba Pinochet?
Schwenke: Estamos lejos del poder. Y nos sentimos menos involucrados que nunca, ¿cachai? Es esta nebulosa de la gente que está en el poder y nos dice "todo lo que ustedes cantan lo escuchamos cuando éramos estudiantes, íbamos a las peñas y a los café concert". ¿Entonces por qué no hacís lo que estamos cantando? Si estamos hablando de que el sentido de la sociedad chilena tiene que ir para otro lado. Y no va para el otro lado. Y te dicen que es muy difícil porque es una cuestión sistémica. Te plantean por qué no pueden hacer lo que esperamos que ellos hagan. El sistema, el sistema, el sistema.
-¿Hay más razones para tener un grupo como Schwenke & Nilo ahora?
Schwenke: A nosotros nos ha ido bien. Y eso ya es para prestarle atención.
Nilo: Es más: nos ha ido muy bien. Pero lo extraño es que, si hablamos de vigencia y comparamos, entedemos que hay dos Chiles. El oficial y el que vivimos nosotros. Nosotros cantamos para el real. Y eso nos significa estar fuera del sistema. No es que nos marginemos ni que reclamemos que el sistema nos reciba. En todo este rato no hemos estado hablando sino de política, y somos músicos, somos cantantes. Pero con la mayoría de los músicos no tendrías esta conversación.
-¿Tampoco es una quijotada? "Nos ha ido súper bien" y "Estamos al margen del sistema" ¿son cosas compatibles? ¿Les ha ido bien a pesar de estar al margen del sistema?
Nilo: Al margen desde la perspectiva de la valoración del sistema. Porque a este grupo la han venido a preguntar qué sentido tiene seguir teniendo el discurso que tenemos o a decir que es un grupo del pasado. Pero ahora en los programas de educación del Ministerio te encuentras en octavo básico: Schwenke & Nilo. En tercero medio: Schwenke & Nilo. Se recomienda a los profes y es valorado desde una perspectiva nacional. Con esas cosas uno va constatando que efectivamente este trabajo sistemático va a ser central para la cultura chilena. Y ya hay síntomas como éste, no es que yo me lo imagine. Qué puedo preferir, de acuerdo a mis valores, entre tener mucha fama o un trabajo significativo para la historia de un país. Yo tengo clara mi opción, y en ese sentido no nos puede estar yendo mal.
Cuestión de volumen: los discos
-¿Hay alguna razón para los discos de Schwenke & Nilo no tengan un nombre más allá del número del volumen?
Schwenke: En algún momento en el sello Alerce me propusieron usar una de las canciones como título del disco. No era mala la idea, pero entre una canción y otra, un arreglo y otro, el sentido es tan distinto, que poner una era como pinchar el disco en esa dirección. Si mañana el sello quisiera hacer un compilado de nosotros podría hacer una mezcla de canciones de todos los discos y seguiría siendo la melcocha de arreglos y canciones distintas. Es para no dar interés especial una canción.
-Es más neutro.
Schwenke: Es más neutro, exacto. Y numerarlos con el tiempo ha tenido también su gracia.
Nilo: No hay una decisión. Son cosas que fueron sucediendo y que en un minuto fue necesario que tuviéramos una explicación. Cuando necesitamos hacerlo íbamos como en el volumen cinco, y si alguien se encontraba con el volumen cinco podía deducir que había cuatro anteriores. Entonces era un tema de marketing (risas).