Tres canciones propias y una apropiada integran este disco de DulceSky, un cuarteto de rock iniciado en 1999 en EE.UU. y formado por tres músicos chilenos, que empieza por evitar dos obviedades aquí. "Unfamiliar" es una canción de los ingleses Ride, exponentes principales de la escena de grupos llamados shoegazers que desde fines de los '80 hicieron introspección con guitarras eléctricas, pero ni esa escena ha dado para grandes nostalgias ni "Unfamiliar" es lo más recordado de Ride, sino más bien una canción inadvertida de la época de su estupendo disco Nowhere (1990).
Así que Dulcesky se guía más por gusto que por conveniencia. Y sin perder la melancolía eléctrica propia del original le agregan brillo y suman unas bases programadas sutiles que son el agregado lógico para poner al día este sonido. El mismo gusto queda confirmado en las tres canciones propias del grupo: la voz algo lóbrega del cantante y guitarrista Oliver Valenzuela está envuelta en guitarras cristalinas, intervenidas con efectos o incluso acústicas como en el rasgueo suave de "Anna in a dream", con pinceladas de teclados y una base de bajo y batería que acentúa la penumbra. Oscura o introspectiva, que son dos traducciones una más exacta que otra para dark y shoegazer, esta música es la actualización posible para una escuela que sigue provocando una lealtad justificada entre audiencias y grupos como DulceSky.
