Mahani Teave: “Repetir este concierto con Roberto Bravo en regiones es un sueño”

SANTIAGO.- Tenía unos diez años cuando su maestro Roberto Bravo la llevó a la fiesta navideña en el Estadio Nacional. Ahí tocó el piano para cerca de 60 mil personas. El público era diez veces mayor que aquél que la escuchó este sábado recién pasado en la Plaza de Armas de la capital, pero esos recuerdos están demasiado atrás en el tiempo. Las imágenes más frescas siguen pasando enfrente suyo.

-“Nunca he hecho algo así fuera de Chile. Siempre he tocado en salas de conciertos y por eso la experiencia que viví el sábado fue tan importante. Cuando vi a toda esa gente me emocioné muchísimo”, cuenta la pianista chilena que se apronta a regresar a Alemania para dar un par de audiciones, regresar al rigor del estudio y ofrecer otra serie de presentaciones.

El concierto ciudadano fue organizado por la Municipalidad de Santiago y la Fundación Itaú, que planea además desarrollar el proyecto de creación de una escuela artística en Rapa Nui, que incluirá la donación de pianos, la habilitación de salas de música y la capacitación de docentes.

La cita del sábado superó todas las expectativas: era un concierto programado para cinco mil personas y llegaron más de seis mil. “Volver a hacer este concierto en regiones con Roberto Bravo sería un sueño, porque allá si que es difícil que ocurra algo así”, dice.

“Yo no comparo los conciertos que doy. No podría decir ‘éste es el mejor de todos’. Si te puedo decir que fue una presentación memorable para mí, por todo lo que significó. Sobre todo por la posibilidad para que mucha gente escuchara tocar el piano. Para mí también fue importante volver a tocar con el maestro Roberto Bravo. Lo bueno es que fue un concierto para todos los que quisieran venir sin tener que pagar una entrada. No hubo diferencias de clases sociales entre el público y eso me gusta mucho. El arte en todas sus variedades debiera ser así de accesible a las personas. Los conciertos, las exposiciones. Que todo fuera parte de un proceso de educación”, dice.

-¿Es como una contradicción hacer música de cámara para tanta gente?
-¿Por qué?

-Porque se supone que la relación entre el músico y un auditorio muy pequeño es distinta. Aquí no fue así.
-El contexto cambia, pero la música es la misma. Uno tiene que meterse en lo que está tocando. Además yo no voy a tocar algo que no me gusta. Eso es fundamental. Lo que yo toqué sola lo elegí yo. Y lo que tocamos a cuatro manos los conversamos con Roberto Bravo.

-Había mucha música latinoamericana en el repertorio.
-Yo no he tocado mucha música latinoamericana en mi vida, pero las cosas que uno aprende de un compositor clásico también las puede usar con todo tipo de música. Hay cosas que son mucho más específicas. Hay cosas de Bach que no se pueden hacer con Chopin. Pero con lo que uno conoce de ellos puede tocar más libremente en la música más contemporánea. Por ejemplo con el “Canto a la isla”, que era un arreglo de José Miguel Tobar, pero en sí mismo es un canto de allá. Cuando hay música contemporánea se abren las cosas.

-Los críticos de música siempre apuntan a si el solista se sumergió en el estilo o no.
-Pero eso genera mucha controversia, porque no es tan riguroso, ni puede serlo. Si fuera así no se podría tocar a Bach con pedal, porque en esa época no existía. Y ni siquiera existía el piano como lo conocemos, sino el clavecín. O si se tocara Liszt en un instrumento de su época, el piano se hubiera roto en dos segundos porque no hubiera resistido tal cantidad de sonido.

-Tú eres una artista emblemática de Rapa Nui. ¿Cómo ves el proyecto de la nueva
escuela allá? ¿Hay muchos talentos desconocidos?
-El solo hecho de dar oportunidades en la isla será muy importante. Independiente de que los niños que van a aprender a tocar el piano se transformen en pianistas importantes o no. Se trata de formar personas artísticamente y de descubrir qué talentos hay en los niños. Y si alguno tiene gran talento y quiere continuar estudiando no tenga necesariamente que abandonar la isla. Cuando hay talento y no puede seguir desarrollándolo aparece mucha frustración.

-Tú aprendiste con condiciones no tan favorables entonces.
-Cuando yo estaba en la isla faltaba eso. En la isla hay muchísimo talento. Para mí fundar una escuela artística es lo correcto. Imagínate que allá a los cinco años los niños ya tocan los ukeleles. Y los tocan muy bien. Lo único que tiene continuidad en la isla es el turismo. Y ésta es una oportunidad para que también pueda ser el arte.

www.mahaniteave.com
www.robertobravo.cl