Pablo Milanés, el histórico nuevo trovador cubano, exasperó hasta sus más incondicionales seguidores con el desproporcionado retraso con que subió al escenario.
Christian Zúñiga"¿Por qué no sale, por qué se hace esperar tanto?", se pregunta una mujer a viva voz, mientras los chiflidos de impaciencia arrecian en la sala de San Diego. Los relojes superan las 22:15 de anoche y la banda de Pablo Milanés se toma el escenario con toda la calma del mundo, como si el público no hubiera esperado lo suficiente (el cartel citaba a las 21:00 horas), incluyendo una larga fila que daba la vuelta a la cuadra, y que la producción adjudicó al efecto que provocó en la venta de boletos el encuentro del artista con la presidenta Bachelet en La Moneda.
Algo aquietó los ánimos el entremés de Camila Moreno. Con sólo tres temas, incluyendo el single "Millones" por el que postuló recién al Grammy Latino, la joven artista conquistó sinceros aplausos. Tras una nueva espera y una introducción instrumental, Milanés apareció con su paso cansino, para interpretar canciones de su nuevo álbum Regalo, y paradas obligatorias como "Yolanda" y "Para vivir", en un extenso programa de 38 temas.
Como siempre, Pablo Milanés demostró que su combustible artístico radica en interpretar con melancolía letras que hablan de tiempo pasados y mejores ("Días de gloria", "Nostalgia"), e imaginar en el colmo de la desgracia qué pasaría si el ser amado ya no está ("Si ella me faltara"). Es música caribeña con tristeza congénita.
Bachelet: "Canto todas tus canciones"
En un amistoso encuentro en el que campearon los elogios mutuos, ayer al mediodía el cantautor cubano Pablo Milanés fue recibido por la Presidenta Michelle Bachelet en el Salón de Audiencias de La Moneda.
El trovador llegó hasta el lugaracompañado por su esposa Nancy Pérez, y su hija Suilen. La reunión se extendió por cerca de 20 minutos, en los que la Presidenta llenó de halagos al autor de "Yolanda", lo definió como uno de sus cantantes predilectos y reconoció: "Yo canto todas tus canciones". Milanés no se quedó atrás y le regaló cuatro discos, un libro y un vistoso collar de perlas y corales.