GUADALAJARA.- Una mezcla de nostalgia, fetichismo, amor y odio se apoderan de algunos escritores cuando se sientan a discutir sobre el futuro del libro de cara a la nueva tecnología de los libros electrónicos, la cual promete nuevas formas de leer.
Al menos ése fue el caso de Jorge Volpi y Rosa Beltrán, quienes en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara dijeron tener sentimientos encontrados sobre lo que será el devenir de los textos tradicionales.
Volpi recordó que los nuevos aparatos tienen ventajas como la facilidad de traslado, ya que no importa cuán grueso sea el ejemplar, a quien lo lleve no le pesará y eso facilita su movimiento, en especial cuando se trata de personas que tienen que mudarse constantemente y para quienes es un dolor de cabeza empacar cajas y cajas de libros, mientras que las nuevas tecnologías permiten gran acumulación de títulos en un mínimo de espacio.
"Yo tengo una relación de amor y odio con el papel", declaró, al tiempo que dijo que algunas de las ventajas de un libro en papel son que "nunca se le acaba la pila", no tiene una pantalla brillosa que moleste y puede ir a cualquier lado.
Por su parte, Beltrán dijo que bien usados los libros electrónicos son una herramienta ecológicamente mas sana que los libros de papel, y abren la posibilidad de que el mismo autor sea quien lo lea (en una versión de audio), lo que agregaría una nueva experiencia para el lector.
Sobre los derechos de autor, ambos coincidieron en que es un tema que debe revisarse y que será cuesta arriba mantener el control de lo que se publica electrónicamente y lo que se piratea, pero señaló que con el esfuerzo de casas editoriales y las autoridades de cada país se puede hacer mucho para salvaguardar esos derechos.
Tanto Beltrán como Volpi coincidieron además en que pasará mucho tiempo antes de que se democratice el acceso a la lectura y que, si bien los aparatos tecnológicos le permitirán leer de manera mas fácil a mucha gente con recursos económicos, donde aún no llegan los libros impresos no habrá mucha diferencia, lo cual lamentaron.
No obstante indicaron que es necesario mantener los esfuerzos por llevar literatura a lugares de poco acceso.
Entre ventajas y desventajas, Beltrán expreso que, después de todo, "el formato no es la literatura", por lo que al final "seguiremos leyendo, eso no cambiará; lo que cambiará es nuestra forma de relacionarnos con los libros".