Ballet Nacional, Coro y Orquesta Sinfónica anuncian el monumental regreso de "Carmina Burana"

SANTIAGO.- La magia del ballet-oratorio “Carmina Burana” volverá a cautivar al público que ha seguido durante más de medio siglo la versión coreográfica que Ernst Uthoff realizó de la célebre cantata escénica del compositor alemán Carl Orff.

La obra está programada nuevamente en una temporada de presentaciones que a cargo del Ballet Nacional Chileno, la Orquesta Sinfónica de Chile y el Coro Sinfónico de la Universidad de Chile, agrupaciones artísticas que la estrenaron en agosto de 1953, convirtiéndola en un clásico de la danza y la música del país. 
 
Las presentaciones se realizarán en el Teatro Universidad de Chile los días 21, 22, 26, 27 y 28 de enero próximio a las 20:00 horas. Con este espectáculo comienzan las actividades programadas por el Centro de Extensión Artística y Cultural de la Universidad de Chile, con motivo de la celebración del Bicentenario de la República.

En la obra participarán como solistas la soprano Claudia Pereira, el tenor Germán Greene y el barítono Patricio Sabaté. La dirección musical del espectáculo estará a cargo del director de orquesta nacional Pablo Nuñez.

Los designios del destino
 
Considerada como una de las obras musicales más populares del siglo XX, la cantata escénica “Carmina Burana” de Carl Orff fue estrenada en Frankfurt el 8 de junio de 1937. La obra combina la poesía profana del siglo XIII con una música intensa y deliberadamente sencilla, estructurada con ritmos vibrantes y ricas sonoridades por el compositor alemán. 

Inspirada en manuscritos profanos medievales escritos por curas Goliardos, la obra fue dividida en tres partes: los cantos que anuncian la primavera, la alegría de las danzas ancestrales y los designios de la fortuna.

El gran Maestro Ernst Uthoff, fundador de la danza en Chile y primer director del Ballet Nacional Chileno, se inspiró en la pieza de Carl Orff para crear la versión coreográfica del mismo nombre. El ballet oratorio “Carmina Burana” de Uthoff comienza con un coro que hace un poderoso llamado a la Diosa del Destino, Fortuna, a cuyos caprichos, que cambian como la faz de la luna, está entregado el hombre.

La importancia de éste, en su defensa ante los cambios de la suerte, hace que su existencia vacile entre la muerte y la vida, pero sin atender a las heridas que recibe en la lucha contra las determinaciones de la diosa, de quien se defiende con ardiente y obstinado coraje.