BUENOS AIRES.- Los 9.000 libros de la biblioteca del fallecido ex presidente Raúl Alfonsín (1983-1989) servirán de base para crear un museo a las afueras de Buenos Aires en homenaje al llamado “padre” de la democracia argentina, informó hoy la prensa local.
El hijo del ex Mandatario radical, el diputado Ricardo Alfonsín, y allegados a la familia planean inaugurar el museo en la localidad bonaerense de Chascomús, donde nació el ex jefe de Estado, que falleció el pasado 31 de marzo a los 82 años por una neumonía agravada por un cáncer pulmonar.
Una de las posibilidades es que se sitúe en la casa natal de Alfonsín, aunque su hijo explicó al diario Clarín que "solo tiene dos plantas, es muy chica" para 9.000 libros, miles de documentos y objetos personales, que prevé incluir el lugar.
Los textos de la biblioteca cuentan con numerosas anotaciones de Alfonsín, además de dedicaciones firmadas por otros ex Presidentes, como el estadounidense Jimmy Carter (1977-1981) y el brasileño Fernando Henrique Cardoso (1995-2003).
Entre los libros enumerados y clasificados por autor figuran obras de Hannah Arendt, Martin Heidegger, Norberto Bobbio y Karl Popper, entre otros.
"Papá nos obligaba desde chicos a leer, por ejemplo, 'El Hombre que fue Jueves' de (Gilbert) Chesterton, aún en los sesenta cuando padecíamos problemas económicos", resaltó el diputado.
Parte de los libros que estarán en el museo se encuentran en la casa del ex presidente en Chascomús, unos 100 kilómetros de Buenos Aires, y otros, en el departamento que poseía en la capital argentina, en cuyo escritorio permanece aún abierto "Poder y Contrapoder en la Era Global", de Ulrich Beck, el último texto que comenzó a leer Alfonsín antes de morir.
"No lo pudo terminar. La enfermedad a los 82 años ya no le dejaba leer. Le dolían los ojos", recordó su hijo.
El inicio del mandato del ex presidente significó el retorno de la democracia en el país después de la última dictadura militar que rigió entre 1976 y 1983.
Alfonsín fue despedido en abril con honores de jefe de Estado en un emotivo funeral en el Parlamento, al que asistieron la Presidenta, Cristina Fernández, numerosos líderes políticos y decenas de miles de argentinos.