Cuatro reconocidos actores llegan al Centro Mori con una comedia masculina

SANTIAGO.- Cuatro tipos de edad madura dialogan en la azotea de un edificio, al borde de la cornisa. Según ellos, ninguno está ahí para lanzarse al vacío, pero sus lamentos y divagaciones hacen que el vértigo de la caída esté siempre presente.

¿Por qué? "Porque son tipos con la vida totalmente deformada. Tienen pocos recursos para vivir, pocas herramientas. Lo único que tienen es una mujer, su familia, y lo pierden", explica Mateo Iribarren, director de "Rotos de amor", la obra de teatro donde esos cuatro tipos se encuentran en la azotea, en una de sus escenas.

El propio Iribarren es uno de ellos, encabezando un elenco que reúne a un cuarteto de reconocidos actores, y que también integran Bastián Bodenhofer, Alejandro Trejo y Christian Zúñiga.

El montaje (escrito por Rafael Bruzza) se estrena esta noche en el Centro Mori del Boulevard de Parque Arauco, con funciones los jueves, viernes y sábado a las 21:00 horas ($8 mil general, $6 mil estudiantes y tercera edad, $10 mil sábado).

Según Iribarren, la historia tiene como núcleo central a "la pérdida y ese afán que tienen los hombres por aferrarse al amor y a las mujeres. Es una historia netamente masculina, pero también muestra el lado femenino de los machos: Hombres sufriendo, y eso es raro verlo. Los hombres tienden a no mostrar sus sentimientos tan frontalmente. Así es que la indagación va por ahí, por lo ridículo que es el amor".

Sin embargo, el actor y director aclara que no se trata de una obra que encontrará mejor sintonía en un público masculino. "Es para los dos. Hay muchos tips que van a ser sabrosos para las mujeres. Van a reconocer a sus hombres plenamente", adelanta.

La función de estreno, esta noche, además tiene un plus benéfico: Toda la recaudación será donada a Cruz Roja, en beneficio de los damnificados por el terremoto del 27 de febrero.

Pero no es el único vínculo con el fatídico sismo. Mateo Iribarren hace eco de los llamados a volver a los espectáculos, como una forma de comenzar a dejar atrás los traumas y angustias que dejó el movimiento telúrico. "Nosotros teníamos programado el estreno en esta fecha y no hicimos cambios. Y creo que hay que tratar de llevar una vida normal hasta que venga el cataclismo final. Mientras tanto podríamos disfrutar de lo poco que nos queda de vida, y uno de esos disfrutes puede ser venir al teatro".

-¿Y de esta obra la gente va a salir más angustiada o más feliz?
-¡Más feliz! Es una obra liviana. Tiene alguna profundidad, pero al final es un hueveo. Es huevear a los hombres enamorados.