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Ese viejo nuevo metal

Son una banda relativamente antigua pero su peso en metal sigue aplastando a las audiencias. Así lo certificaron con un Caupolicán lleno hasta las banderas.

19 de Abril de 2010 | 11:52 |
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Jonathan Davis demostró su valía diez años después, con más gritos guturales entre los pesados riffs de su banda.

El Mercurio

Korn es la última banda pesada que alcanzó estrellato completo, cuando en los '90 diseñaron el nü metal, subgénero mirado en menos pese a su genuina búsqueda creativa. Korn erradicó los solos de guitarra, bajó afinaciones, hizo puente con la estética y el ritmo del hip-hop, y se focalizó en la angustia como esencia lírica. Sus primeros cuatro álbumes definieron un sonido característico y ampliamente imitado -espeso, gutural-, que en Chile aún motiva a miles.

El sábado 17 de abril la banda californiana se tomó el Teatro Caupolicán, atestado hasta la última fila. Y aunque sus últimos discos son derechamente flojos, en directo siguen demoledores. El líder y vocalista Jonathan Davis se mueve cómodo entre gritos y lúgubres armonías; "Fieldy" al bajo y "Munky" en guitarra trenzan riffs densos, arrastrados, como ruidos subterráneos, mientras el baterista Ray Luzier hace todo lo posible por lucirse (quizás demasiado), para justificar su inclusión como miembro definitivo desde 2009.

Pese a un largo bache antes de "Freak on a leash", la actitud algo displicente de Davis y la austeridad del montaje visual (un telón con el nombre de la banda parece tacaño para un grupo que ha vendido 30 millones de copias), Korn sirvió un menú contundente. Estuvieron sus mejores temas como "Faget", "Somebody someone", "Here to stay" y "Falling away from me", interpretados como una seguidilla de puñetazos bien puestos. El Caupolicán respondió con pogos en la cancha y brazos en alto en las galerías. Korn ya no es la novedad, sino un accionista protagónico del heavy metal que vive cómodo de sus rentas.

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