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Las hermanas Mulleavy dominan el mundo de la moda desde afuera

Las responsables de la marca Rodarte aseguran que no usarían las sofisticadas prendas que diseñan, y llevan un estilo de vida mucho más sencillo del que proyecta su trabajo.

25 de Abril de 2010 | 11:04 | AP
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Con Rodarte, Kate y Laura se han ganado un nombre en la industria de la moda.

Reuters
NUEVA YORK.- Kate y Laura Mulleavy, las hermanas de la marca Rodarte, son las reinas de la moda. Sus desfiles elaborados causan sensación, les llueven elogios y son muy festejadas en las alfombras rojas, pero si las conoce personalmente, no tienen nada que ver con esa imagen que proyectan.

Las hermanas son lo más recatadas que uno se puede imaginar. Viven y trabajan en Pasadena, California, lejos del ruido. Eso, dice Laura, les da una libertad que probablemente no tendrían si estuviesen radicadas en Nueva York o en alguna de las otras capitales de la moda.

“No tenemos tanta presión para participar en las cosas del ramo y así nos resulta más fácil concentrarnos en lo nuestro”, expresó. “Nos gusta estar más bien aisladas”.

El día en que las visitó The Associated Press, lucían jeans, sudaderas, zapatos deportivos New Balance y no tenían maquillaje.

Pocos días antes habían presentado una colección de invierno muy bien recibida, basada en los trabajadores que cubren el turno nocturno en la frontera mexicano-estadounidense. Nadie hubiera pensado que ese mismo día, por la noche, serían homenajeadas por el Museo Nacional de Diseño Cooper-Hewitt National del Smithsoniano.

Se inspiraron en la colección de invierno durante un viaje por Texas, escuchando música de la década de 1950 mientras manejaban de noche. Se sentían en un mundo de ensueño. Sabían que en cualquier momento verían un camión con alguna avería estacionado a la vera del camino, las luces de algún pueblo desolado o los trabajadores de las fábricas del otro lado de la frontera.

En la pasarela trataron de reproducir esa oscuridad etérea.

“Las chicas (las modelos) eran criaturas fantasmales, no eran ellas mismas”, explica Kate. “La colección fue producto de un estado de ánimo en el que admiramos las ruinas y luego la renovación del lugar”.

Uno supone que las Mulleavy pasan mucho tiempo en los dos museos de arte locales: el Huntington, que, para ellas, representa los sueños y la desesperación generados por la cultura del ferrocarril local, y el Norton Simon. Muchos de sus modelos fueron diseñados sentadas en una mesa del café del Norton Simon.

“Somos de California y tenemos una fuerte relación con el sitio donde nos criamos, que es tan diverso”, expresó Kate. “Cada una de nuestras colecciones lleva a California adentro, y eso hace que seamos únicas”.

Los bordados a mano y la complejidad de las prendas de Rodarte es notable, especialmente si se tiene en cuenta que son una casa de diseño muy joven, según Gregory Krum, comisario del Cooper-Hewitt. Su credo es que la destrucción no es nada horrible y que produce prendas artísticas y sofisticadas, afirmó.

“Responden a la textura y el caos. Caos en el sentido de que suceden cosas locas que uno no puede recrear, pero ellas lo hacen, y les funciona”, agregó.

Kate, de 29 años, y Laura, de 31, mencionan algunas influencias poco comunes, como las películas de horror japonesas y el drama del cóndor californiano, que está en peligro de extinción. Les interesan las cosas imperfectas porque la perfección no les resulta interesante, no parece real, según Laura.

¿Quiere algo real? Kate y Laura no tienen agentes que manejen sus asuntos, como la mayoría de los diseñadores importantes. Ellas mismas abren la puerta cuando viene un vendedor o un periodista. Se procuran su propia comida. Laura se ausenta un momento durante la entrevista para ver si tienen reservas para un vuelo de vuelta a California.

Pasan su tiempo libre viendo películas con amigos.

Probablemente jamás usen muchas de las prendas innovadoras que producen.

“Es todo muy lindo, pero no el tipo de ropa que yo usaría, porque me sentiría limitada”, manifestó Kate.

Laura tal vez sea un poco más osada, pero no mucho.

Están de acuerdo en casi todo -con excepción de la comida de mar, que Laura no puede ver-, pero tienen personalidades distintas. Laura sabe lo que quiere y cómo conseguirlo. “Soy determinada y hago las cosas”, dijo.

Kate es la más charlatana, la que lanza ideas y tiene una concepción más amplia.
“Nunca nos propusimos trabajar juntas. Es algo que se dio”, dice Kate.

Las dos se graduaron de la Universidad de California en Berkley, en 2001. Laura en literatura y Kate en historia del arte.

La moda no es lo que más les interesaba, pero ambas tenían inclinaciones artísticas y facilidad para hacer cosas con las manos. Su madre era una artista y su padre un botánico.

En 2005 produjeron una pequeña colección y al año siguiente fueron postuladas al premio del Consejo de Diseñadores de Moda al talento nuevo. También fueron postuladas en 2007 y finalmente lo ganaron en 2008.

El año pasado se llevaron el premio a las mejores diseñadores de ropa femenina, superando a figuras consagradas como Marc Jacobs y Narciso Rodríguez.
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