SANTIAGO.- "¿Querella? Por favor... ¿cuál es el delito? Traición a la patria, parece... Pongámonos serios". La reflexión fue twitteada esta mañana por Daniel Matamala, conductor de Telenoche, tras enterarse de las airadas reacciones que su libro "1962, el mito del Mundial chileno" (Ediciones B) ha provocado en los veteranos la cita planetaria.
Uno de ellos, el organizador Nicolás Abumohor, incluso amenazó con acciones legales al periodista, "porque escribió falsedades y no se puede aguantar tanta desfachatez", declaró a El Mercurio.
Lo curioso es que ninguno de los acusadores ha podido leer el libro, que está recién saliendo de imprenta y sólo mañana estará disponible en librerías ($16.000), por lo que al periodista no dejan de extrañarle reacciones como la del ex dirigente. "Lo que diría es que lo lean primero. Es bien lógico que antes de amenazar con querellas, como vi por ahí, se lea primero lo que dice el libro", afirma.
Pero la razón de tan drásticas reacciones no estaría hasta ahora en la investigación misma, sino en una frase que Matamala ha repetido en estos días, al hablar de su obra: "El Mundial del 62 ha sido el peor de la historia". Una conclusión que hiere el orgullo y el sentimiento patrio de muchos, pero a la que el periodista dice haber llegado tras un trabajo serio, documentado y muy extenso.
"Fue una larga investigación, con muchas fuentes documentales, entrevistas a muchos protagonistas, no solamente en Chile, con acceso a todas las actas y documentos oficiales de la FIFA, y revisión exhaustiva de la prensa chilena y extranjera", enumera.
-Ésa es una de las conclusiones a las que llegaste al terminar tu trabajo. Pero, ¿cuál fue la hipótesis con que comenzó tu investigación?
-Comenzó por una realidad muy simple: Han pasado 48 años del Mundial del 62, es el evento deportivo más importante que se ha hecho en Chile jamás, es uno de los grandes eventos del siglo XX, marcó a una generación de chilenos, y sin embargo nunca nadie había investigado lo que pasó realmente, sin repetir simplemente lo que se ha dicho a lo largo de los años. De ahí fueron surgiendo conclusiones, y algunas pueden ser controversiales, polémicas, pero yo quiero rescatar que es la primera vez que alguien se da el trabajo de investigar de verdad lo que pasó. Ojalá que quienes no estén de acuerdo, y que legítimamente critican, hagan su propia investigación y lleguen a conclusiones diferentes.
-¿Crees que las críticas tienen que ver con tu atrevimiento a cuestionar un mito, una gesta heroica?
-Es evidentemente un gran logro que Chile, un país muy subdesarrollado en el año 1962, haya logrado sacar adelante un mundial. El punto es por qué en lugar de sentirnos orgullosos de lo que realmente hicimos, queremos contaminar ese logro con verdades a medias, mentiras, inventar un mito. Para mí lo importante es tratar de descubrir la verdad sobre lo que investigo. Si esa verdad le acomoda o le incomoda a alguien, ya no me puedo hacer cargo. La investigación está hecha con la mayor seriedad posible, y estoy convencido de que lo que se dice ahí es la verdad. Si alguien después de leer el libro lo quiere cuestionar, perfecto, tengamos esa discusión, será muy enriquecedora.
-Todos tenemos una visión muy entrañable de lo que fue el Mundial del 62, ¿cómo es ahora la tuya?
-Este libro parte de la valoración del Mundial del 62, de reconocer que esto fue muy importante para Chile, y por eso dediqué parte de mi tiempo durante ocho años a investigarlo. En ninguna parte está dicho que no haya mérito en haber hecho un Mundial. Por el contrario, es un tremendo mérito en circunstancias tan adversas. Por eso Carlos Dittborn es un personaje tan importante en mi libro, porque lideró esa organización. Pero no lo hizo de manera perfecta, cometió mucho errores, acertó en otras cosas, y logró sacar el Mundial adelante.
-Ya has hablado de las conclusiones a las que llegaste tras revisar estadísticas y datos. ¿Podrías hablarnos un poco más de la visión sobre el Mundial en el extranjero?
-Si revisas crónicas, libros, la prensa de la época, verás que la visión es muy negativa. Sobre todo, en el aspecto futbolístico, por la violencia del campeonato. Efectivamente fue un Mundial con grescas, batallas campales, jugadores fracturados, sobre todo en la primera fase. Y en lo organizativo, está la coincidencia en que fue un Mundial muy pobre, organizado de manera precaria. Y claro, es comprensible hasta cierto punto: Chile era un país subdesarrollado, que venía saliendo de un terremoto. Pero eso no quita el hecho de que, de acuerdo con los datos y la visión desde el extranjero, fue un Mundial organizativamente muy precario. Son datos que tenemos que conocer.