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Pandemia de bachata

El cuarteto neoyorquino de origen dominicano lidera desde hace rato los rankings y premiaciones en la zona norte del continente, pero Chile parecía estar ajeno a la onda expansiva de sus éxitos. Error. Ante una Arena Movistar repleta, el grupo demostró que su fenómeno también acá contagió a miles.

20 de Mayo de 2010 | 10:03 |
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De algo nos estábamos perdiendo en Chile. Aventura es grito y plata en las comunidades latinas de Estados Unidos. Un Arena Movistar lleno así lo hizo ver.

José Alvújar

Esto es como cuando al bueno del show de títeres se le aparece la huidiza bruja por detrás, y todos los pequeños asistentes le indican en qué lado está, mientras él sigue preguntando dónde.

Con esa moral interactiva, el cuarteto neoyorquino-dominicano Aventura concretó su postergado desembarco en Chile, donde el modelo de kermesse, en combinación con la bachata romántica y un buen puñado de éxitos radiales, hicieron que el indiscutible fenómeno que el grupo protagoniza desde hace rato en la zona norte del continente, esta noche tuviera una réplica en Chile.

Cerca de quince mil personas repletaron la Arena Movistar, pero chillaban y cantaban por muchas más. Un variopinto público integrado por mujeres y hombres, de niños a viejos, se entregó a los juegos comandados por Anthony "Romeo" Santos, un cantante con espíritu de solista, y un maestro de ceremonias que tiene el eje de su actuación en la exaltación de su propia figura y en cualquier borde de la temática sexual.

Es lo que más resalta entre su cantar preciso y el escaso caudal de su voz tenue, por momentos apenas audible entre el griterío y los cánticos populares. No así cuando la correcta banda de nueve musicos detiene las acciones, y el vocalista despliega su show. "Esta noche, cuando le hagas el amor, ella va a pensar en mí", dice a un asistente en las primeras filas bajo el escenario, el mismo lugar donde se vieron escenas de histeria como las de antaño, que terminaron con más de 60 mujeres en la enfermería.

La dinámica de latin lover, las bullas, y "que grite este lado" y "que grite el otro", claramente funciona, pero también termina por ensuciar en algo el desembarco en Chile de Aventura, que dedicó a esos recursos gran parte de sus cerca de tres horas de show.

En el resto, en cambio, el cuarteto demostró que hay buenas cuotas sustancia en su fenómeno, amparado en un amplio repertorio de éxitos, inscritos casi en su totalidad en la bachata, aunque con algunos paseos R&B. Un cuarteto de percusiones, pero sobre todo los punteos incesantes de la guitarra de Lenny Santos, son los que aportan el colchón sonoro a temas como "Los infieles", "Obsesión" y "Por un segundo". La excepción fue "Noche de sexo", completamente interpretada sobre pistas reggaetoneras.

La respuesta a todas ellas fue absoluta, confirmando que, aunque tarde, el fenómeno Aventura se instaló definitivamente en Chile, y Romeo Santos hasta se permitió apostar por el próximo paso: "Este año vamos a Viña del Mar", se juramentó.

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