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"Somos músicos de folclor"

"Y con músicos como nosotros se trata de picar piedra, de correr la voz", dice esta cantante mexicana, referente mundial de las músicas del mundo, que el 26 de agosto vuelve a Chile para cantar en el Teatro Nescafé de las Artes en la capital. Ésta es la foto que Lila Downs sacó de nuestro país en su anterior visita hace un año y medio.

08 de Julio de 2010 | 08:54 |

Será su tercera incursión a Chile, luego de un debut como invitada al desfile de músicos que actuaron con motivo de la asunción de la Presidenta Bachelet en marzo 2006, y de su regreso, esta vez por cuenta propia, al caluroso concierto que dio en el Teatro Oriente de la capital hace un año y medio, en diciembre de 2008. De esa última visita data esta conversación con Lila Downs, quien tras de un anunciado regreso al Carnaval Cultural de enero pasado en Valparaíso, esta vez sí se presentará este 26 de agosto (ver recuadro) en la capital.

-Yo creo que es extraordinario. Es un país con tanta pasión, que de verdad se percibe de una manera muy diferente a la pasión de Argentina, por ejemplo, donde me parece que predomina el europeo en algunas cosas -comenta la cantante acerca de su impresión de nuestro país-. En Chile esa pasión tiene que ver también con su historia y con su afinidad con las raíces indígenas. Creo que están más cómodos con ellas, aunque todavía no están dispuestos a decirlo abiertamente.

En la línea

La relación con las raíces indígenas es ni más ni menos que la especialidad de Lila Downs, una artista nacida en la ciudad mexicana de Oaxaca, hija de un profesor estadounidense y de una cantante mixteca. Desde el primer día su carrera ha consistido en un equilibrio entre esas tradiciones nativas mexicanas de su cuna con las influencias de otras músicas del mundo, en particular gracias a su trabajo con el saxofonista de jazz estadounidense Paul Cohen, productor de sus recientes discos.

Su propia huella ha seguido esas fluctuaciones. Lila Downs ha vivido tanto en Estados Unidos como en México, ha cantado en las bandas sonoras de las películas "Frida" (2002) y "Fados" (2007), de Carlos Saura, y buena parte de esos discos dan cuenta de ese rasgo mestizo con títulos bilingües: Ofrenda (1994), Azuláo (1996), La sandunga (1997), Árbol de vida (Tree of life, 2000), La línea (Border, 2001), Una sangre (One blood, 2004), ganador de un premio Grammy latino en la categoría de música folk; La cantina (2006) y el reciente Ojo de culebra (Shake away, 2008), que mostró a su paso previo por Santiago. Lo mismo vale para el más flamante de sus álbumes, En París - Live á Fip (2010), grabado en vivo y firmado como Lila Downs y la Misteriosa.

-¿Ves estas visitas como el comienzo de una relación con Chile?
-Sí, ya estamos más con los ojos abiertos. Con músicos como nosotros se trata de picar piedra, de hacer el trabajo, el contacto con tu público. Somos músicos de folclor. En el folclor mucho se corre la voz. No nos gusta ver cosas espectaculares de los artistas de folclor, y eso cuesta tiempo, pero al mismo tiempo nos da mucha emoción.

-¿Con qué impresión quedaste de tu concierto anterior?
-Me sorprendí, porque yo asumo que el pueblo chileno es difícil, un poco por la historia y por una tensión, siento yo, que quizás tiene que ver con la identidad. Y eso lo percibo de inmediato, porque esa es mi cosa, yo donde quiera que voy, quizás porque yo vengo de una identidad mixta. Eso lo he vivido en carne propia en mi México, donde hemos tenido una negación de lo que somos: esa identidad con el indigenismo ha sido bastante difícil para México, pero ahora siento que ya hemos pasado a otro momento.

-¿Y algo de eso notaste acá también?
-Sí, hay algo que es más complicado en Chile incluso, porque la parte europea es tan fuerte. Entonces se percibe que esta parte europea está un poco en negación de lo otro. Pero al mismo tiempo uno sabe que es diferente: que uno no es italiano. Lo notas porque le dices a la gente "ah, sí, mucha influencia italiana", y te dicen "Noo, eso es chileno". Te das cuenta de que están en un proceso ahora, de que poco a poco ahí van, y de pronto van a sentirse bien con su piel.

Contacto en Chile

Ojo de culebra sigue siendo el disco más reciente de Lila Downs, un trabajo donde se oye desde el ritmo tradicional mexicano del son jarocho hasta el género de Nueva Orléans conocido como second line en las canciones "Little man" y "Skeleton", junto a letras teñidas de protesta como "Perro negro", "Justicia" y la propia "Ojos de culebra". Así lo comenta desde cerca el citado Paul Cohen, productor del disco e integrante de la banda.

-Este disco me recuerda un poco más a la Sangre (Una sangre, el álbum de 2004) que a La cantina (el de 2008), que fue un poco más enfocado en la onda ranchera, fue más rancherona -compara Cohen-. Ahora volvió Lila escribiendo letras que tuvieron que ver con la crisis política que tuvo Oaxaca, un poco más política, y en base a eso escribió un par de canciones.

-¿En la música también hay un giro?
-Sí, primero fue agregar los metales, con trombón y trompeta, y también hicimos un poquito más en inglés, porque la idea era ir un poco al sur, a Nueva Orléans, al estilo second line, con la banda. Es un ritmo típico de Nueva Orléans, un tipo de música que lleva mucho acordeón.

-¿Qué ritmos originales son los de estas canciones?
-Por ejemplo "Los pollos" es un son jarocho original, pero pusimos metales también, que es algo que no se acostumbra en esa región, donde se toca con puras jaranas (instrumento de cuerda) y arpas. Y la batería da también otro color, porque normalmente ellos tocan cajones y panderos, y la batería agrega una onda no sé si más moderna, pero diferente. Y "Justicia" viene de una onda chilena.

Nuestro país está presente incluso en la banda de Lila Downs, donde el baterista es el chileno Yayo Serka, establecido en EE.UU, y también baterista de la cantante de jazz Claudia Acuña en Nueva York. Y no es lo único que ella ha escuchado de por acá. En su concierto pasado ella cantó esa canción, "Justicia", junto a Joe Vasconcellos. "Y me gusta mucho la Francesca Ancarola, por ejemplo", dice la cantante, "me gustan mucho Los Jaivas, la cumbia nortina me encanta. Y de este grupo, La Bandalismo (banda porteña de música nortina) yo estoy enamorada, ¿eh? De verdad, del tinkus, de los cumbiones, me encanta apasionadamente".

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