EMOLTV

Ella baila sola

Tras hacerse conocida en la televisión, la cantante decidió mudarse a México. Allí aprendió que en el nuevo contexto de la música nacional lo mejor es aprender a trabajar solo. Y usar Internet como gran plataforma de promoción. Ahora estrena Encerio, su nuevo disco, totalmente autoproducido.

30 de Septiembre de 2010 | 17:05 |

Cuando Daniela Aleuy publicó sus dos primeros discos -Así soy yo (2000) y Creer (2006)- el pop chileno era muy distinto al actual. O más específicamente, la industria. De hecho, ella profesionalizó su carrera a fines de los '90, gracias al programa "Pase lo que pase" junto a la también solista María Ela.

Eran los tiempos pre-concursos de talentos. Un contexto del cual no siente nostalgias, como reconocerá en esta conversación. Es más, ahora que la descarga digital y la promoción viral es el modelo de trabajo "oficial" de los artistas independientes, ella se siente más cómoda que nunca. "Quiero ir con este disco a cantar por todo Chile y si se dan las opciones, salir a mostrarlo afuera como una artista chilena esforzada e independiente. Y a mucha honra", dice.

Encerio (2010), su nuevo disco, precisamente se acaba de lanzar en Portaldisc. Además de tener un myspace donde informa de sus actividades. Detalles que, explica, le permiten competir en un ambiente donde "ya no hay excusas para que un artista no destaque por sus méritos como si sucedía antes".

-Ha pasado mucho tiempo desde Creer. ¿En qué estuviste?
-Estuve mostrando ese disco un tiempo hasta que me aburrí de tocar en los mismos lugares. Entonces decidí irme a México, aprovechando el impulso de participar en el tracklist de la película mexicana "Como no te voy a querer", junto a otras bandas de allá. Partí con lo que tenía, dejando casa, amigos, familia. Todo para irme sola a vivir allá.

-¿Y cómo evalúas esa etapa mexicana?
-Fue una experiencia increíble, ya que llevaba mi guitarra, un par de maletas y mi computador para empezar una nueva vida. Estaba como queriendo formatear todo. Me duró cerca de nueve meses la estadía y aprendí muchísimo sobre su cultura, su estilo de vida, sus afectos. También entendí que, como chilenos, es necesario sacarnos muchos prejuicios, sobre todo en la música.

-Algo que aplicaste en las composiciones...
-No quería prejuicios ni reglas a la hora de hacer mi música. Así que recién allá, empecé a componer las primeras canciones del disco. Y también a empaparme de las experiencias vividas desde la distancia y en el ímpetu de la libertad. Después, volví a Chile, ya sin dinero y sin mucho en mente. Sólo unas pocas canciones y muchas ganas de hacer algo nuevo pero sin presiones. Es por eso que me tomé todo el tiempo que requería. A mi ritmo. Instalé todo en mi nueva casa y me ordené  para comenzar a grabar sin saber muy bien como lo iba a hacer. Me dediqué prácticamente todo el año pasado y éste a eso, con pausas y terremoto incluido. Un trabajo intenso y agotador, pero demasiado gratificante.

-¿En ese contexto nació Encerio?
-Nació en México, estando lejos, extrañando mucho. Con un cambio de vida radical y un despojo de muchas cosas materiales y prejuicios también. Tenía ganas de hacer algo, pero no estaba conforme con nada. Tampoco sabía con quien hacerlo. Estaba en eso cuando empecé a trabajar las maquetas sola y me di cuenta de que podía ir armando el disco sin necesariamente contar con muchas cosas externas.

-¿Tuviste muchas resistencias al momento de grabarlo?
-Ese proceso demoró varios meses. Busqué productores, golpeé puertas, pedí favores y me aburrí de esperar que llegara la gente indicada. Finalmente me puse a trabajar con lo que ya tenía en esos momentos que eran casi veinticinco maquetas de las cuales seleccioné las primeras. Así empezó todo.

-¿Qué fue lo más difícil de armar un proyecto de disco sola?
-Decidir que yo sería la productora también. Pero eso lo asumí sin mucho problema al final. No creía que podía ser capaz de hacerlo.

-¿Cuáles son tus intereses a la hora de interpretar una canción? ¿Que te permita lucir tu capacidad vocal, que tenga un estribillo irresistible o que su letra te involucre?
-Que tenga frescura y que definitivamente me involucre. No me interesa el despliegue vocal ni el virtuosismo. Nunca he sido fanática de la música perfecta, y lo mismo busco al interpretar mis canciones. Prefiero que suene más real.

-¿Hay canciones que te dejaron más satisfecha que otras?
-Creo que "Café por la mañana" tiene un sentido más profundo porque cuando hice esa canción decidí grabar el disco. Me gusta como quedó, me gusta cómo está hecha. Por todo eso la elegí como single, porque tiene todo lo que resume el disco.

-¿Y tu versión de "Volver a los 17"?
-Me dejó inmensamente feliz, porque no fue llegar y versionar. Nunca había querido hacer una versión de algo, justamente porque creo que es complejo hacerlo. Por eso mismo ahora me tomé el tiempo. Quise hacer una versión que sacara la canción de su contexto y la transformara en una más de mi repertorio.

-Comenzaste a cantar profesionalmente en una época en que internet recién estaba convirtiéndose en una alternativa para promocionar la música. ¿Crees que ahora el contexto ha cambiado?
-Totalmente. En diez años se ha visto un quiebre grande en cuanto al consumo, distribución y hasta promoción de la música. Creo que es mucho más fácil para todos, ya que se han obviado los canales tradicionales y se ha dado paso a que un artista tenga contacto directo con todo lo que está haciendo. Esto incluye a su público, lo que permite un mejor control de tu trabajo, más transparencia, más eficiencia y finalmente eso produce más ganas de trabajar y hacer música. Ahora ya no hay excusas para que un artista no destaque por sus meritos como si sucedía antes.

-La promoción funciona de manera más personalizada...
-Ya hacer música y tener éxito no dependen de cuánta plata inviertan los sellos en ti. Ahora es casi un cien por ciento de cómo el artista haga su propio trabajo y de cuánto tienes para decir. Finalmente hemos vuelto a la esencia de un trabajo artístico en sí. Me da gusto no haber contado con un solo aporte externo para conseguir hacer este disco. El aporte desinteresado de grandes músicos chilenos en mi disco ha sido una demostración de que al final lo que importa sigue siendo la música.

-A propósito, ¿qué te parece el proyecto de ley que obliga a las radios a tocar un veinte por ciento de música chilena?
-Me parece fuerte decir que la ley obliga, porque suena dictatorial. Pero también me parece gravísimo que se vea como una imposición algo que debiera ser natural y que no debería tener discusión alguna. Tenemos una historia por detrás de siglos de imposiciones de lo que es o no es nuestro y hemos creado un país socialmente inculto y que sólo admira lo que viene de fuera. Al vivir lejos de Chile una empieza a darse cuenta de la riqueza que tenemos acá y que pena que seamos nosotros mismos quienes sepultemos eso. Nunca podrá crecer una industria nacional ni un patrimonio si no damos el lugar que se merece.

EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?