Es imposible, para el buen fanático del rock noventero, que pase al olvido el momento exacto en que una pareja decide realizar un viaje a la luna, acompañada de tres acordes, un juego de cuerdas y una de las canciones definitorias de la década. "Tonight, tonight" representa, en efecto, uno de los momentos más elevados de la capacidad de su creador: Billy Corgan.
El andrógino personaje calvo, pálido, se transformó en una suerte de voz generacional. Muchos no dudaron en atribuirle ese peso como heredero de Cobain, tras la muerte que acabó convirtiendo al líder de Nirvana en mito. No obstante, sus afanes de estar siempre a la vanguardia fueron quitando a Corgan el beneplácito de la crítica y su figura fue diluyéndose entre separaciones, nuevos proyecto, discos solistas y ahora, en la búsqueda de un ambicioso proyecto de 44 canciones que se liberan poco a poco en el sitio web de sus eternos The Smashing Pumpkins.
-Obviamente estar acá en Estados Unidos significa estar muy influenciado por lo que pasa con nuestra cultura, y aquí mucha gente perdió el interés por el álbum, por el disco en su forma artística -explica Billy Corgan al otro lado del teléfono. En efecto, la industria discográfica vive un momento complejo, en el que las ventas de CDs caen cada día y lo digital asoma como el formato que reemplazará al disco compacto. Y es por eso que el líder de The Smashing Pumpkins busca con este nuevo proyecto, denominado Teargarden by kaleidyscope, ser partícipe de esta nueva corriente.
Dejarse llevar por las nuevas tecnología no es algo nuevo para Corgan. Antes de la primera disolución de la banda, The Smashing Pumpkins lanzó primero el álbum MACHINA / The machines of God (2000) en el formato tradicional y, posterior a la separación, apareció Machina II: The friends and enemies of modern music (2000), que fue distribuido de forma gratuita por Internet y del que sólo fueron editadas unas pocas copias en vinilos de doce pulgadas.
Esta misma forma de operar es la que está detrás del último proyecto de Corgan. Primero, las canciones son liberadas y pasan a formar parte de discos EP que sólo aparecen en el mercado en cantidades reducidas. Así operan los nuevos The Smashing Pumpkins, con Teargarden by kaleidyscope.
-¿Qué es lo que buscas en la realización de este proyecto, que en las palabras suena mucho más ambicioso que todo lo que has realizado antes?
-Lo que pasa es que ahora, como todo se ha transformado en una cultura de "una canción a la vez", estaba buscando un proyecto que fuese interesante para las personas, siempre manteniendo en mi cabeza que la gente quisiera escuchar un disco mío de forma íntegra. Así, pensé en marcar una pequeña diferencia en hacer este disco con estos parámetros, y que así la gente quiera escucharlo una vez que esté terminado. Y en eso está involucrado todo: la forma en que estoy haciendo este registro, el cómo se va entregando. Finalmente la gente querrá escuchar el trabajo terminado.
-¿Y llevas un registro, una estadística, de cuánta gente ha bajado las canciones que has ido liberando en el sitio web de la banda?
-No, y la verdad es que incluso si revisas los datos estadísticos del sitio no consideramos eso. Al final, esos son sólo números y no los considero mucho.
-Muchos han considerado estas nuevas canciones como unas suertes de "herederas" de tus composiciones anteriores, en especial de las del tiempo del disco Mellon collie y que, comparadas con las de tu disco anterior (Zeitgeist, 2007), suenan mucho más completas. ¿Estás de acuerdo con ese juicio?
-Creo que no soy yo quien debe juzgar eso, sino otras personas. Si escribo una buena canción, la gente dirá "¡Oh! me recuerda a este tema", pero no pienso mucho en ello, ¿sabes? -se ríe-. Sí, siento sensaciones similares a lo que me dices, pero también existen otras emociones ahora. Zeitgeist fue un disco más oscuro, influenciado por el ambiente político que vivía en ese entonces Estados Unidos. Al contrario de Teargarden, el que pienso es un registro más sobre la vida, la trascendencia. Es un disco más espiritual.
-¿Y tienes listas las 44 canciones que corresponderían a Teargarden by kaleidyscope, o los subes en la medida que terminas alguna?
-No, en estos momentos estoy grabando los temas nueve y diez, y la canción ocho saldrá en un par de semanas. Bueno, sí tengo mucho material escrito pero que aún no grabo. Además, estamos en medio de una gira, por lo que hemos estado más ocupados de eso.
La nueva banda
Desde su primera separación, The Smashing Pumpkins han debido lidiar con el ojo público respecto de los nuevos integrantes de la banda. En realidad, es Billy Corgan quien debe afrontar eso. Un ejemplo: el reemplazo de la bajista D'Arcy por Melissa Auf der Maur, para el año 2000, trajo innumerables comentarios al respecto. Luego, la salida del guitarrista James Iha, quien luego formaría parte de la banda A Perfect Circle, sólo incrementó el pseudo escarmiento público a Corgan.
En esta ocasión, el asunto no ha dejado de ser comentado. Y es que Jimmy Chamberlain, baterista que siempre ha acompañado al líder de Smashing Pumpkins, ya no está presente. Con esto, muchos aseguran que ya no hablamos del grupo propiamente tal, que estamos ante la prueba de que Corgan es, en ciernes, el que controla al grupo. Cosas más, cosas menos, el grupo que acompaña a Billy está formado por Jeff Schroeder (guitarra), Nicole Florentino (bajo) y Mike Byrne (batería).
El caso de Byrne es particular, puesto que Corgan lo escogió a través de un concurso vía YouTube, mientras que Schroeder viene girando con la banda desde su primera reaparición, en 2006. Asimismo, Florentino tiene experiencia musical como parte del grupo Spinnerrette. Pero Byrne, que además es el más joven de la banda, con veinte años, es un ilustre desconocido que pasó de trabajar vendiendo hamburguesas a estar en portadas de revistas especializadas de batería.
-¿Cómo es compartir escenario con alguien tan joven como Mike Byrne? ¿De alguna manera te ves reflejado en él, por ejemplo, cuando también iniciaste a los Smashing Pumpkins?
-En ocasiones sí. Pero tienes que recordar que él está creciendo en un mundo en que la música alternativa es aceptada. Yo crecí en un mundo que no era así, que no consideraba lo alternativo como la corriente mayoritaria. Incluso, cuando fuimos a Chile la primera vez (el miércoles 19 de agosto de 1998, en la nave central de la Estación Mapocho) la música alternativa era extraña en las radios, y ahora, me imagino, debe ser bastante normal. Él está creciendo en un mundo en el que es mucho más fácil tocar rock alternativo y sí, a veces veo semejanzas, pero no tiene las mismas experiencias que uno, en ese sentido.
De los escenarios y la nueva industria
Ya lo comenta Billy Corgan al inicio de esta entrevista: la cultura del disco cambia y, por lo mismo, hay que adecuarse a los nuevos tiempos. Y si eso significa mandar al diablo a la industria, pues vamos con ello. Para el líder de The Smashing Pumpkins estos son tiempos de cambio y él está dispuesto a dejar todo atrás, incluso su propio pasado si es que fuese necesario.
-La verdad es que ya no trato de averiguar qué quiere escuchar la audiencia. Hay gente que trata de hacer eso, de convencer al público con temas que suenen a material antiguo, pero a mí no me importa eso. Es más, creo que es una pésima idea -dice Corgan. El líder de The Smashing Pumpkins cuestiona incluso la pregunta inicial, el por qué alguien querría escuchar música que ya ha escuchado. Es el sentimiento que Corgan muestra al referirse a la actual industria discográfica.
-¿Esa misma desilusión la traspasas a lo que vive la industria del disco? ¿Por eso es que decidiste colocar gratuitamente las nuevas canciones en el sitio web de la banda?
-Sí. Bueno, la industria en Estados Unidos está quebrada. Está muy mal explotada, mal enfocada, se concentra en metas a corto plazo y no en procesos largos, y así premian a todos estos idiotas, estos falsos artistas, poseros que suben una canción al computador y no muestran respeto alguno por aquellos músicos con historia. Y ahí entramos nosotros: la industria no quiere a bandas como The Smashing Pumnpkins porque somos muy complejos de catalogar. Ellos quieren cosas livianas y nosotros no somos algo que puedan poner en una caja.
"Si miras a todas bandas que son de mi generación y que han sacado estos discos de reunión, no han tenido mucho éxito porque la industria les pone presión y les dice que hagan música como antes", agrega un crítico Billy Corgan. "Pero resulta que a nadie le importa un carajo porque es viejo. Ya a nadie le interesa ese material".
Para el cantante todo lo que acontece con las actuales directrices de la industria musical le parece, por lo menos, repulsivo. "Cuando Nirvana sacó el (disco) Nevermind (en 1991) todo el mundo estuvo de acuerdo que era un momento importante de la música. Pero a la gente le toma mucho tiempo saber el real legado de un artista. Como The Smashing Pumpkins fueron muy populares en los noventa, el público dice 'es así, o de esta forma', y no puedo evitar pensar que no, que sé quiénes somos y siempre creí que éramos más como The Who: una banda única con un estilo irrepetible. Y de hecho aún lo creo. Que existan otros que me hayan robado el sonido dice que lo hemos hecho bien”.
-¿Y qué pasa con la gente que sólo quiere escuchar, en vivo, las viejas canciones tuyas?
-La verdad es que no entiendo mucho. Tocamos hartos temas antiguos, pero creo que hay gente que quiere escuchar más de un disco en particular que de otro. Y yo no creo en eso. Si quiero tocar las canciones más viejas, tocaré de todos los álbumes. Los que se quejan lo hacen porque quieren escuchar Siamese dream (1993) completo. Y no es que no toquemos algunas canciones de ese disco, o de Mellon collie. ¡Es que quieren escuchar el maldito álbum completo! Pero no lo haré, porque no vivo del pasado.