SANTIAGO.- Para algunos, el mejor show del año. Para otros, demasiado corto (¡casi dos horas!). Lo cierto es que la presentación de Rammstein en Chile no decepcionó a nadie, aunque muchos quedaron algo asustados, desde que los músicos aparecieron en el escenario pasadas las 21:30 horas.
Y es que estos alemanes combinan a la perfección el sonido metal e industrial -con innegable apetito pop, por algo suenan en las radios- y, a la vez, reafirman el carácter espectacular de los recitales de rock.
Sí, porque más que la música, es la propuesta estética de Rammstein lo que provoca fascinación e incluso cierto temor reverencial.
Quizá es la dureza del alemán con que canta Till Linderman, el vocalista. O tal vez su efectiva puesta en escena que le debe mucho a la escuela del shock, desde Alice Cooper hasta Gwar. Así, las explosiones, fuegos, referencias sexuales y pirotecnia fueron claves.
La banda aprovechó de promocionar su último disco Liebe ist für alle da editado el año pasado.