Pánico se despide de Chile con su show del 8 de enero en Blondie de Valparaíso.
Viviana Morales, El Mercurio
Valparaíso es la ciudad de Chile favorita de Eduardo Henríquez, el vocalista y guitarrista de Pánico que es más conocido como Edi Pistolas. Es el mismo lugar lugar que en 2006 eligieron para hacer su primer concierto en el país tras radicarse en Francia en 2001 y el puerto donde la banda tocará este sábado.
-Lo cool de la Blondie de Valparaíso es que es un lugar pequeño y últimamente en Chile tocamos en lugares grandes -dice Edi Pistolas y se lanza a contar cómo será este show en el que mostrarán Kick, el disco que ocupa los días de este grupo formado en 1994 y que hoy tiene en sus filas a Carolina Tres Estrellas (Caroline Chaspoul) en bajo, Memoria Radial (Guillermo Dumay) en guitarra, Seba (Sebastián Arce) en batería y Squat (Jean Paul Hourton) en percusión tornamesas.
"Obviamente vamos a estar presentando los temas de Kick y también temas de la discografía, aunque tratamos de no repetirnos. Miramos las listas anteriores y tratamos de no irnos siempre por los hits, sino por canciones que sean interesantes de rearmar. Pero va a ser como los conciertos de Pánico, muy energético y queremos tratar de armar un trance para que se suelten y vengan a gritar con nosotros. O sea, es el puerto, es la raja. Para mí es muy importante tocar ahí", asegura el cantante. Y más de una vez hablará también de lo importante que es para él y Pánico el público chileno.
Después del hit subliminal
-Subliminal kill nos impuso algo. No es lo mismo que el álbum anterior lo escucharan veinte personas a darle continuación a un disco que nos dio a conocer. Por una parte hubo un reconocimiento en Chile y también fue el disco que nos abrió al mundo, antes de eso no nos conocían afuera -compara Pistolas, y tiene un argumento más a propósito del anterior disco de Pánico.
"Además, Subliminal kill tiene un hit, 'Transpira lo', que es probablemente el hit más grande que tenga Pánico nunca", agrega. "Sabíamos que era difícil hacer otro hit de esa onda, porque fue sin querer que lo hicimos. Tenemos bastante control sobre lo que hacemos, a esta alturas si hacemos algo es porque queremos. Es una gran suerte que tenemos, no tenemos presiones exteriores que nos obliguen a grabar en un tiempo o de una manera determinada".
"Pasaron cinco años y para mucha gente era suicida", comenta, acerca de la distancia entre ese disco y Kick. "Pero finalmente la historia demostró que fue para mejor tomarse las cosas con calma. En términos musicales se ve en el sonido y que retoman el estilo medio noventero de rock indie que tuvimos. A la vez es súper contemporáneo y mezcla ritmos que son de ahora. El disco está bastante pensado con un principio y hasta un final que no existe en los discos anteriores. Eso pasó porque pasamos tanto tiempo con esas canciones, las tocamos en vivo, que al momento de grabar nos fijamos ciertas reglas"
Minimalismo desde Escocia
En esta visita por fin llegan con su sexto disco de estudio, un trabajo que grabaron en los estudios de Franz Ferdinand en Glasgow, Escocia.
La demora se debió a que tras el éxito de Subliminal kill estuvieron más de dos años de gira. Y cuando llegó el minuto de volver a grabar, la crisis financiera dejó pésimo a su sello francés, Tigersushi. Por eso, el dueño de la disquera, Joakim, se ofreció a grabar producir y mezclar él mismo. Lo hicieron, pero no quedaron satisfechos.
-No nos gustaba la idea de no poder elegir el equipo con el que íbamos a trabajar. Aunque todos los temas que están hoy en Kick estaban ahí, el resultado no nos gustó por razones técnicas y porque los temas habían vivido poco. Habíamos salido de dos años de gira con Subliminal kill y la vara estaba alta demasiado alta: necesitábamos hacer un muy buen disco -explica Edi Pistolas.
Como esa primera versión no los dejó felices decidieron esperar a tener el dinero para grabar. Algo que nunca ocurrió, pero que dio un nuevo sentido a eso de que es mejor tener amigos que plata: fue gracias a los amigos de Pánico en la banda de rock escocesa Franz Ferdinand que Kick se concretó.
Fueron el batero y el guitarrista del cuarteto escocés, Paul Thomson y Nick McCarthy, quienes invitaron a Pánico a usar su estudio en Glasgow e incluso les "prestaron" al ingeniero Paul Savage (que había trabajado con Mogwai, Arab Strap y otros grupos) para que grabara las sesiones que produciría la primera opción de la banda: Gareth Jones (Depeche Mode, Liars).
-El tiempo que teníamos de estudio fueron cinco días. Paul Savage se reía de eso, porque Franz Ferdinand se demoró un año y medio en grabar. No podíamos hacerlo en más tiempo. El hecho de grabarlo en cinco días implicó que tuvimos que llegar y hacerlo, tocando todos juntos en vivo y eso está bien logrado.
Y el vocalista no es el único que quedó impresionado con las canciones. Paul Savage hizo el link con el sello británico Chemikal Underground para que editara el disco, que realmente podría ayudarlos a conseguir la internacionalización. El poco tiempo también los llevó a otro sonido.
-Quisimos ser súper minimalistas en la aproximación que tuvimos a la música. No hay overdubs, que es grabar un tema y luego grabar una segunda o tercera guitarra, por ejemplo. Las tomas son directas. Decidimos no hacer nada gratuito sino algo muy depurado y delicado, aunque la música de Pánico se puede caracterizar por tener bastante adorno. Los únicos overdubs que se hicieron son de batería y percusión, porque quisimos enfocar el disco desde la rítmica -explica el cantante. De hecho, fue la batería lo que terminó plasmando el artista chileno Iván Navarro en la portada del disco.
Pánico reposado
El resultado de esas sesiones en Glasgow son diez canciones que siguen sonando a Pánico, pero tienen cierto aire de madurez.
-Es menos teenage que Subliminal kill, que estaba más orientado a la pista de baile. Eso ya no nos interesaba tanto, sobre todo queríamos hacer un disco más reposado, aunque no lo es tanto, pero hay una mirada más calmada sobre lo que nos ha pasado en estos cinco años.
De hecho, Edi Pistolas incluso canta, no sólo se limita a narrar o a gritar, en ese spanglish con acento medio mexicano que se ha vuelto en una suerte de marca registrada.
-El disco aborda temas que son bastante más graves, a mí se me murió mi padre, a Caroline se le murió su padre también, entonces igual tuvimos bastante experiencia con la muerte y el mundo ha cambiado mucho en cinco años. Eso se refleja también, el disco aborda temas que antes no había abordado.
-¿La canción "Icon" tiene que ver con cómo son vistos en Chile, casi unos dioses?
-Es sobre le pérdida de identidad, saber quiénes somos por nuestra historia en Chile y luego la historia en Francia. Creo que Pánico es un poco un icono de la música indie en Chile y es curioso que tenga ese éxito. No sé si tenga tanto que ver con la música o con la actitud del grupo. Para mí es un misterio un poco, porque en Europa somos una pequeña banda.
"Pero tenemos la suerte de tener ese vínculo con Chile", continúa, "ese afecto muy grande que tiene el público hacia nosotros y que tenemos hacia ellos también. Parte de la demora en el proceso de este disco fue resultado de nuestro público para el cual es muy importante que Pánico haga un muy buen disco.
-Era un disco bien esperado por fans...
-Exacto, sabíamos eso y eso fue algo muy fuerte para nosotros. Y las letras reflejan eso, hablan mucho de nuestro país. Yo creo que eso es algo que define a Pánico y lo hace interesante en Europa: en Inglaterra se sabe del éxito que tenemos en Chile y hablan de la banda como "esas estrellas indie". Como que se ríen un poco de eso pero también lo encuentran súper cool, les gusta mucho.
-¿No encuentran un poco raro que acá les pregunten tanto por su relación con Franz Ferdinand? Ustedes habían sacado muchos discos y tenían una carrera antes de telonearlos…
-Yo creo que eso es algo humano que le pasa a infinidad de grupos en otros países también. La gente es insegura y nunca sabe muy bien qué pensar hasta que alguien dice "esto es bueno". No es algo chileno, le ha pasado a cantidad de grupos franceses que van a Inglaterra y les va bien o a grupos ingleses que no la rompen es Estados Unidos. Es normal, lo entiendo. Además, los chicos de Franz Ferdinand son realmente muy simpáticos.
Música en el desierto
Pero la banda no sólo se encuentra en Chile por Kick, ya que también han hecho un par de shows para mostrar en vivo un proyecto que los une al mundo audiovisual. "Del rock a la eternidad" es un documental filmado a principios de 2010 en Chile y tuvo al grupo viajando por pueblos perdidos del norte. Ya llevan dos presentaciones de este proyecto, que apareció como parte del trabajo de Kick.
-Estuvimos pensando cómo hacer para que este disco tuviera una vida interesante y no fuera algo que aparece en revistas francesas y chao. Hubo hartos momentos de duda y momentos difíciles.
Pero todo cambió cuando su amigo Benjamín Echazarreta, camarógrafo de cintas como "Navidad", tuvo una idea para conseguir lo que buscaba Pánico: dar alguna vida en Chile a estos temas tan europeos. Partió como un plan de hacer una gira en el norte con versiones diferentes de sus temas. Primero pensaron en hacer un videoclip, pero terminaron trabajando con James Schneider, un director estadounidense radicado en Francia que dirigió "Blue is beautiful", un documental sobre el grupo gospel punk The Make Up que la banda adora.
-No había dinero ni una idea definitiva, pero las cosas tienen que tener sentido y una argumentación y el tocar temas del disco en el desierto era un argumento medio frágil. Todo era medio gratuito. Empezamos a leer mucho sobre el desierto de Atacama, los mirábamos en Google Maps y buscábamos los más alejados de todos. Y luego buscábamos historias sobre esos pueblos así fuimos descubriendo mitos y leyendas antiguas mineras.
Así es cómo supieron realmente lo que debían hacer. "Nos dimos cuenta que no había que ir a tocar temas, sino que ir a grabar". Y otra vez más llegó otra persona que los podía ayudar: conocieron al productor Bruno Bettati de la productora Jirafa, quien consiguió el financiamiento.
-¿Cómo fue para ustedes esto de terminar Kick y meterse de lleno al otro proyecto? ¿Fue algo medio esquizofrénico que no tenía nada que ver?
-En el fondo son dos trabajos diferentes, pero a la vez, son dos facetas del grupo, de los mismos músicos que tiene harto que ver, aunque en la forma son bien diferentes.
Tanto el documental como el disco deberían salir en abril.
-¿Y pasará tanto tiempo para la salida del próximo disco de estudio?
-Ahora volvemos a París y estamos entrando en el estudio para empezar a trabajar en nuevas ideas, porque en estos años hemos compuesto harta música que no está en Kick y que estamos armando para otro disco.
En todo caso, la salida de su próximo trabajo no les quita el sueño. "Estamos relajados al respecto. Lo importante es que entre los músicos teniendo una relación como la que tenemos y sigamos con ganas de seguir proponiendo cosas nuevas. Esa es la fuerza del grupo. Mientras la curiosidad siga viva y tengamos ganas de hacer cosas, los discos van a fluir".