Vargas Llosa explicó que la represión al narcotráfico permite que éste obtenga más ingresos.
AFPPUNTA DEL ESTE.- El Premio Nobel de Literatura 2010, el peruano Mario Vargas Llosa, sugirió la posibilidad de "descriminalizar" el narcotráfico como una alternativa en el combate a ese conflicto.
"La represión en cierta forma es un apego que permite que el narcotráfico haga cada vez ganancias más extraordinarias. Sería ya hora de empezar a discutir sobre la posibilidad de una política totalmente distinta, una política de 'descriminalización'", dijo el peruano durante una conferencia que ofreció en Punta del Este y que hoy tomó estado público.
La versión completa de la conferencia privada fue publicada hoy por algunos medios uruguayos y en ella, además de fustigar a los gobiernos de Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Argentina, entre otros, Vargas Llosa habló del narcotráfico.
Puso como ejemplo "ilustrativo" de su sorpresiva sugerencia "lo ocurrido con el tabaco". "Si las sumas extraordinarias que se emplean hoy día en la represión se emplearan en la prevención, en una información destinada a mostrar a las sociedades los peligros y los riesgos que el consumo de las drogas causan, y a rehabilitar a quienes han caído, probablemente se tendrían beneficios más pronto".
"Sobre todo se acabaría con la delincuencia asociada al narcotráfico, que es el cáncer al que me he referido para las instituciones democráticas", agregó el autor de "La Tía Julia y el escribidor", entre otras numerosas novelas.
Respecto de la corrupción, expresó que "el gran problema" que tienen los latinoamericanos para combatirla eficazmente es "el desapego a la ley".
"Ese es un problema todavía sin resolver en el continente. ¿Qué es el desapego a la ley?", se preguntó y enseguida se respondió: "Los latinoamericanos no creemos que las leyes están hechas para favorecer al bien común".
"Siempre creemos que las leyes están dadas para favorecer a quienes mandan, a quienes tienen más influencia política, económica, militar, eclesiástica, o poder de cualquier tipo. Y que por lo tanto el respeto a la ley no goza de esa urgencia de tipo moral, cívica, que goza en los países verdaderamente democráticos", agregó.
El escritor peruano considera que en el continente "hay un desprecio hacia una legalidad que es absurda e impracticable", cosa que no ocurre en otros países, y puso como ejemplo Inglaterra, donde vivió "muchos años" y comprobó "una mentalidad diferente" en ese sentido.