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Jazz (inde)Pendiente

Con tres discos de jazz se inició en los últimos meses de 2010 este sello disquero creado por músicos chilenos. Nicolás Vera, Sebastián Jordán y Andrés Pérez Muñoz son la primera trilogía de Discos Pendiente, que ya tiene a la vista su expansión para 2011.

27 de Enero de 2011 | 22:40 |

Estaba pendiente desde hacía tiempo. Lo dice Nicolás Vera, el guitarrista que a fines del año pasado inició este sello musical, y lo está diciendo también la partida inicial de la nueva pequeña industria. Discos Pendiente debutó no con uno, sino con tres flamantes lanzamientos simultáneos de jazz de última generación en Chile. entre los grupos del trompetista Sebastián Jordán, del saxofonista Andrés Pérez Muñoz y del propio guitarrista Nicolás Vera. Y el impulso va a continuar durante 2011, según los planes.

-Pendiente nace por la necesidad de unificar la autogestión que hemos desarrollado desde hace ya casi diez años, con el fin de crear un núcleo sólido y colectivo que crezca con el tiempo y donde se puedan sustentar distintas instancias creativas: producciones de discos, más espacios, conciertos, intercambios con músicos extranjeros -define Vera. Llevado al catálogo inicial, esto se traduce hasta ahora en los discos Estática (2010), de Nicolás Vera Quinteto; Cobre (2010), de Sebastián Jordán Trío, y Santiago vivo (2010), de Andrés Pérez Quinteto, la trilogía inicial.

-¿Cómo se forma este núcleo inicial de músicos?
-Con Sebastián (Jordán) trabajamos juntos hace tiempo, compartimos ideas y objetivos y después de muchos intentos de buscar una respaldo a nuestro trabajo, como por ejemplo acercarnos a varios de los sellos actuales consolidados, donde el jazz no es rentable, y tener respuestas negativas, decidimos asociarnos y no tener intermediarios para crear una red independiente importante que nos permita sustentar nuestro trabajo creativo.

-¿Hay coincidencias estéticas, o generacionales, o de otro tipo, entre ustedes?
-Obviamente hay similitudes estéticas y de afinidad que nos unen a músicos de esta generación y que encajan perfectamente en el concepto Pendiente. Y claro, sirve como inicio, pero ya se está ampliando por sí solo.

-Han pasado algunos meses desde los primeros lanzamientos, en noviembre. ¿Cómo ha funcionado el sello, y qué tal la vida de microempresario?
-El sello está aún empezando, estamos aprendiendo día a día y afortunadamente hemos tenido una respuesta favorable con nuestros pares y poco a poco se van cumpliendo los primeros objetivos que nos propusimos. Si bien esto es autogestión pura, y colectiva, hemos tenido la suerte de que gente muy creativa está aportando al crecimiento de Pendiente y a la posibilidad de concretar proyectos interesantes para este año.


La dinámica tras Estática

Nacido en Concepción y afincado en la capital desde fines de los '90, Nicolás Vera suma así en su cuenta personal cuatro discos, entre Fiasco contemporáneo (2003), Circular (2005), Bellavista (2008) y el actual Estática (2010), además de un quito, Litio (2008), grabado con el grupo Pulso, más cercano al funk y el soul.

Y si hasta ahora había ensayado un planteamiento distinto para cada uno, en cuarteto para Fiasco contemporáneo, con DJ incorporado en Circular y con quinteto en Bellavista, esta vez el guitarrista mantiene la marcha de su quinteto, conformado por Nicolás Vera (guitarra), Lautaro Quevedo (piano), Claudio Rubio (saxo), Félix Lecaros (batería) y Eduardo Peña, reemplazante del contrabajista inicial Pablo Menares.

-Estática es el mismo grupo de Bellavista, ya más maduro y con un sonido súper definido -dice el líder-. Desde la sesión de grabación de Bellavista, en octubre de 2007, que fue creo la segunda vez que tocábamos los cinco juntos, hasta que editamos Estática en noviembre de 2010, descubrimos ciertos códigos que nos permiten desarrollar música compleja y profunda y tocarla como si cada vez fuera la primera. El riesgo y la improvisación están siempre presentes, pero el nivel de compromiso y entrega de estos maravillosos músicos en la ejecución de un tema permite viajar por la composición, logra un solo sonido y no exclusivamente individualidades.

El disco se beneficia además de un equipo técnico que ya se forma en torno al naciente sello, con los músicos Marco Romero y Daniel Lencina a cargo de la mezcla y el ingeniero Gonzalo González en la masterización. "Hay cosas más jazzeras, pero con nuestro sonido chileno, como 'Inesperado', que abre el disco en (el compás de) 6/8 y creo tiene esa ambigüedad entre la melancolía propia de nuestra cultura popular y también el caos diario", comenta Vera. "Luego está 'Estática', que son 'capas' de sonidos bien simples, pero agrupadas de tal forma que suena como una sola máquina. E incluimos teclados análogos eléctricos y doblaje de baterías, a diferencia de Bellavista, que es quinteto más acústico".

-Más allá de esos cambios, ¿dirías que hay una continuidad entre Fiasco contemporáneo, Circular, Bellavista y éste?
-Para mí sí hay continuidad, porque es el resultado de las composiciones que trabajo día a día desde hace unos nueve años y del trabajo que realizo con estos y otros músicos, donde también he aprendido mucho. Y también mantiene una clara tendencia a explorar nuestras capacidades como músicos, compositores e improvisadores.

-¿El disco de Pulso también se inserta ahí o es distinto?
-Litio, de Pulso, también se inserta en esto; es paralelo a Bellavista y compartimos composiciones con (el saxofonista) Agustín Moya, donde la estética grupal estaba súper clara, el groove, pero con nuestro sonido que veníamos haciendo en las distintas bandas para las cuales estábamos componiendo.

Cobre y otros elementos


-¿Qué destacarías de Cobre, el disco que salió a la par con el tuyo?
-Cobre es alucinante. Un trío sin instrumento armónico, pero nunca hace falta. El talento y la musicalidad de Pablo (Menares, el contrabajista) y Sebastián (Jordán, el trompetista) son sorprendentes. Félix (Lecaros, el baterista) es un musicazo, siempre escuchando y respondiendo con muy buen gusto. Está grabado en vivo y lo que suena no tiene nada que envidiar de discos extranjeros.

-¿Y de Santiago vivo, que apareció a fin de año?
-Santiago vivo también es un muy buen disco con músicos increíbles, un quinteto con dos vientos y guitarra, como una extensión del trabajo que Andrés (Pérez, el saxofonista y líder del grupo) hace en Contracuarteto, y muy necesario en su carrera como solista, que me imagino será el primero de muchos. ¡Hay que seguir creando!

-Sebastián Jordán venía de hacer Afluencia, por ejemplo. ¿Hay un giro en este disco nuevo para él, en qué sentido?
-Creo que el giro fue al revés: Cobre es anterior a Afluencia, pero se publicó después. Sebastián es un tremendo músico que finalmente se atrevió a publicar lo que venía tocando. Son registros que aportarán mucho a la tradición musical chilena.

-En 2009 ya salieron varios discos de jazz, el mismo Afluencia (Sebastián Jordán), Rompecabezas (Diego Farías), Catorce (Raimundo Santander), Variante (Paulo Montero), Infinito (Agustín Moya), El mejor lugar (Sebastián Duplaquet). ¿Cómo viste la producción en 2010, en general, más allá de Discos Pendiente? ¿Hay un movimiento más consolidado en general?
-Creo que ya el registro de la música en CDs en Chile es un hecho. Ya no es difícil conseguir lo técnico, sólo hay que crear, armar bandas y buscar el sonido. Encuentro notable que casi todas las bandas ya tengan al menos dos discos. ¡Falta que la gente compre y no sólo piratee!

-¿Hacer un sello responde un poco a eso mismo, a que no estén tan desperdigadas las producciones de discos?
-Claro, si nos unimos hay mayor consolidación y a la vez motivación. Pendiente está abierto ha todas las propuestas y no exclusividades de estilo o de generación.

En esa dirección también están delineados los próximos proyectos de Discos Pendiente, que a largo plazo incluyen al menos siete lanzamientos para 2011. Entre ellos hay trabajos de grupos como Franz Mezko Cuarteto (Calle ciega), Felipe Riveros Quinteto (Shangai blues), Martin Joseph, el Interstellar Trío del guitarrista Roberto Dañobeitía y el nuevo grupo de jazz y hip-hop que encabeza el rapero y DJ Camilo Castaldi: Criminal Jazz. Pero el más inmediato será el del citado saxofonista Claudio Rubio, que lanzará en abril un Homenaje a Tristano en alusión al pianista estadounidense Lennie Tristano.


-Estuve en las sesiones de grabación y la música que salió de ahí está muy buena y potente -dice Nicolás Vera-. Muy bien tocada. Tristano es una escuela en el jazz paralela a otras como (el pianista Thelonious) Monk, (el saxofonista Charlie) Parker, (el saxofonista John) Coltrane, pero uno de los pocos que se han interiorizado en ella en Chile es Claudio Rubio. Muy buenos arreglos también.


-Varios guitarristas acaban de ganar fondos para estudiar afuera en 2011, en buena parte en Nueva York: Roberto Dañobeitía, Federico Dannemann, Diego Farías, Sebastián Prado, Juan Pablo Escares y Camila Meza, que ya está allá. ¿Hay un progreso en especial entre los guitarristas de jazz chilenos?
-La guitarra ha sido el instrumento por excelencia en Chile. Hay muy buenos guitarristas y creo que la virtud es que cada uno suena distinto. Muchas propuestas y tendencias. Federico (Dannemann) y Roberto (Dañobeitía) son guitarristas que admiro y que siempre están creando y complementando la guitarra con la composición. Camila es una mujer muy talentosa y es brillante lo que está haciendo en Nueva York.


"Afortunadamente todos estos guitarristas de jazz obtuvieron el beneficio de Fondos de Cultura para llevar a cabo sus proyectos en el extranjero", contínúa. "Ojalá ocurriera lo mismo con proyectos de difusión de jazz en nuestro país. Lamentablemente en mi caso he sido rechazado en dos años consecutivos, habiendo obtenido el puntaje máximo, con distintos proyectos para ser realizados en Chile. También es una de las razones que nos motiva a no depender exclusivamente de concursos públicos para desarrollar iniciativas de difusión a la creación".

-Y sobre eso, ¿qué se puede contar de esas grabaciones de Interstellar Trío y Criminal Jazz?
-Interstellar está en espera de concretar fondos para empezar a trabajar, y con Criminal Jazz empezamos el registro hace ya más de un año y con espacios entre las grabaciones, pero debería publicarse este semestre.

-¿Qué te parece en particular esa mezca de jazz y rap, has escuchado a Cómo Asesinar a Felipes por ejemplo?
-Sí, los he escuchado y creo que están logrando muy bien el cruce de estilos, con muy buenas composiciones y una excelente gestión de proyección. Creo que el jazz y el rap comparten un código esencial: la improvisación. Hay muy buenos raperos que están interesados en ampliar su música, y viceversa con los jazzeros. Por ejemplo, Camilo Castaldi (Tea Time) es un muy buen letrista y un sorprendente creador espontáneo. Solo hay que saber direccionar todo esta creatividad.