En su famoso ensayo llamado "Post-rock" (1994), Simon Reynolds acusaba al rock alternativo de la época de ser una "limusina destartalada que sólo anda marcha atrás". Lo mismo podría aplicarse al rock chileno de la era pre-Internet. Desde Chancho en Piedra a Los Tres es como si los grupos siguieran habitando –musicalmente– unos años '90 que, evidentemente, ya no existen. Aquí, ahora! también cae en eso. Desde "Amar es combatir", el disco pareciera haberse armado con las esquirlas que dejó el Soda Stereo más shoegaze. Una influencia que, junto al funk-rock, ha formado a toda una generación de músicos nacionales, por cierto.
¿Es esto necesariamente malo? Por supuesto que no. Pero considerando el correcto trabajo de composición y la potencia vocal de Francisco González, se puede exigir más riesgo a la hora de instrumentalizarlas. Canciones como "Fuera del agua", "Eléctrico deseo" o "Ilusión" abusan de esa estructura lánguida, de acordes estirados y guitarras arriba que a estas alturas es demasiado predecible.
En dos momentos interesantes se demuestra la tesis de que el cantante puede dar mucho más. Primero, "Aquí, ahora!", una pieza de puro cosmic-rock. El otro, "Euforia", una canción stoner ultrasaturada que, en vivo, debería generar delirio en su público. Es esos dos temas donde Francisco González conquista nuevos territorios sonoros, que es precisamente lo que el rock nacional necesita.