Música + alma + sexo

"Hay que perdirle más a la vida" canta en el estribillo de "Más". Las iniciales de "música", "alma" y "sexo" que dan título al disco. La canción parte con unas brevísimas guitarras eléctricas procesadas y termine en un encendido ritmo dance. La letra retrata a un DJ y una chica que quieren triunfar en Nueva York y sólo tienen la pista de baile para mostrarse. Y es Ricky Martin el maestro de ceremonias que incita a liberarse, tras como él lo hizo saliendo (mediáticamente) del closet.

De hecho, sigue cantándole a las mujeres. En "Frío" le canta a una que le "recuerda a las olas y el mar" y que lo "calienta cuando siente frío". Y lo repite varias veces. Pero inmediatamente celebra haberse liberado ("Lo mejor de mi vida eres tú"), sufre el abandono ("Te vas"), gana ("Te busco y te alcanzo") y se justifica ("No te miento"). Si Martin fuese un compositor, podríamos elucubrar sobre los líos en que se ha metido en el último tiempo. Pero, al saber que es un intérprete, podemos ver al disco como la actualización de las facetas del Ricky Martin que todos conocemos. El macho latino, el galán sensible, el gozador.  Entre la pachanga y el europop, pasando por un sonido ultraproducido a lo Timbaland y cierta aproximación al rock.

Música + alma + sexo es un disco correcto y con colaboradores como Joss Stone o el dúo Wisin & Yandel que, seguramente, lo potenciarán en otros públicos. Aunque hay una cierta tendencia a la megaproducción y la ausencia de hits como los que tenía en los noventa, antes que Shakira o Juanes avanzaran por la senda que abrío como músico latino global. Sólo en "Será será" vemos un comentario explícito de su "salida" y donde llama a la gente, con convicción política, a soltar las cadenas.

—JC Ramírez Figueroa