Yuri cumple su sueño y vuelve a triunfar en Viña del Mar

VIÑA DEL MAR.- Acostumbrados al zalamero discurso de todo el que viene a Viña del Mar pregonando que éste es el escenario más importante del mundo, costaba creerle a Yuri cuando hablaba tanta maravilla junta de nuestro Festival.

Pero con el paso de los días terminamos por convencernos de que hablaba en serio: Porque de aquí se fue con una Antorcha siendo una desconocida y hasta porque conoció al que hoy es su marido, para la mexicana realmente éste no es cualquier sitio, y abrigó por años la particular añoranza de volver.

Ese anhelo pudo cumplirlo en 2011, y luego de ello cumplir el segundo (volver a triunfar) no fue más que un trámite: Demostrando que realmente conoce este lugar, la cantante se paseó por el escenario como Pedro por su casa, y conversó con el público como quien lo hiciera con el vecino.

Esa dinámica le permitió salvar las diferencias con un repertorio anclado básicamente en éxitos del pasado, con arreglos algo fuera de lugar en temas como "Qué te pasa" y "Hombres al borde de un ataque de celos", que la condujeron a varios momentos de destiempo.

Al respecto, la invitación para que su marido Rodrigo Espinoza interpretara "Hay un límite" junto a Alfredo Alonso, llegó realmente hasta ese punto (el límite), con un desorden entre sus músicos, la guitarra del ex Aleste, las pistas y las voces, que por momentos se ubicó al borde del caos.

Pero en otros temas como "Todo mi corazón", sobre todo, Yuri da cuenta de que su voz no sólo se conserva, sino que además mejora en su técnica, tanto como para tentarse de abusar de los numerosos trucos que hoy guarda entre pulmones y garganta.

Sin embargo, lo de la mexicana ya no se juega tanto en estos terrenos: Lo suyo hoy es un show que puede hasta pasar por alto la calidad musical y estética, si es que ello sirve para optimizar la empatía con el público y mejorar el ánimo de la celebración. Y dos antorchas más una Gaviota fueron la prueba de que, al menos esta noche, la apuesta resultó.