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La revolución de Calle 13 deja su marca a fuego en Viña 2011

El dúo puertorriqueño se saltó todas las convenciones del Festival hasta el punto de rechazar los trofeos, en una noche marcada por los discursos, las colaboraciones y una fórmula mestiza que siempre encuentra nuevos horizontes.

24 de Febrero de 2011 | 05:01 | Por Sebastián Cerda, enviado especial a Viña del Mar
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Calle 13, con Inti-Illimani y Camila Moreno, en ''Latinoamérica''. Fue el punto más alto de una noche que se extendió hasta las 04:00 am.

Jorge Sepúlveda

VIÑA DEL MAR.- "No quiero que salgan más", dice Residente tras recibir la Antorcha de Plata y escuchar a la galería cantarle el "Cumpleaños feliz". Luego de interpretar la poderosa canción "La bala" reitera: "Por favor, no quiero que sigan entrando".

A quien se refiere René Pérez es nada menos que a los que juegan el rol de anfitriones en este escenario, Rafael Araneda y Eva Gómez, contra quienes no tiene nada. Simplemente sabe que cada ingreso de la pareja implica una dinámica de relleno en espera de que el público se manifieste por un trofeo.

Pero el rapero boricua prefiere irse con las manos vacías, si es que eso le permite navegar por su repertorio sin interrupciones, y sabiendo que llevárselas llenas de galvanos no vale mucho al lado de una buena noche con el público, en la que pueda hacer y decir todo lo que se le antoje.

Y así fue como un dúo de Puerto Rico instaló una verdadera revolución en el Festival de Viña del Mar, que no sólo implicó la ruptura con sus reglas, sino además la transmisión de un discurso con múltiples causas, y una fusión de sonidos sin límite, y en la que Chile también encontró su lugar.

Todo eso es lo que ofreció Calle 13 en su segundo paso por Viña, hasta donde llegaron con los elementos que ya habían mostrado en 2008 extrapolados varios niveles más arriba.

Así, la búsqueda de la fusión entre distintas vertientes de la música latinoamericana, hip hop y rock, anota ya muchas más combinaciones —en parte gracias a una orquesta sólida y al trabajo silencioso de Eduardo "Visitante" Cabra—, mientras que el discurso está crecido en forma, fondo y se ha diversificado en sus direcciones.

Hoy el valor ya no está sólo en la fiesta y la crítica. La emotividad también encontró su espacio, encarnada en una versión de "Latinoamérica" junto a Inti-Illimani y Camila Moreno (por el escenario ya había pasado Chancho en Piedra) capaz de erizar los pelos.

Pero "Atrévete-te-te", "Baile de los pobres", "Vamo'a portarnos mal", "Cumbia de los aburridos" y "Fiesta de locos" demostraron que la juerga igualmente no decae en este nuevo perfil, mientras que alusiones directas a la importancia de la educación y a la causa anti represas en la Patagonia, fueron muestra de que en la propuesta actual del grupo las ideas tienen tanta importancia como la performance.

La presencia de la compañía andina "Yatiris" completó un cuadro para atesorar en la historia festivalera, y en el que los adjetivos están de más. Esto no fue un estruendo, ni una caldera, ni se vino abajo nada. Esto fue una lección por parte de los puertorriqueños, que mostraron por qué hoy ocupan sin contrapesos la posición de largada en el rock latinoamericano.

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